Desandar el camino andado". Caja Rural de Extremadura oficializó ayer la ruptura "amistosa" con sus socios del Sistema Institucional de Protección (SIP) creado en el 2011 con Caja Rural del Sur y Caja Rural de Córdoba. Los presidentes de las entidades, Román Prieto, José Luis García Palacios y Manuel Enríquez, se reunieron ayer con el jefe del Gobierno extremeño, José Antonio Monago --que se ha implicado en la paralización del proceso de fusión que afectaba a la entidad extremeña--, para presentarle el acuerdo para la salida de esta de la unión bancaria "de absoluto y mutuo acuerdo", sin una penalización que ascendería a 24 millones de euros. La operación queda pendiente del visto bueno del Banco de España, pero Monago advirtió que no contempla "otra hipótesis que la autorización" en base al correcto plan de viabilidad de la cooperativa en solitario, en cuya solvencia insistió Prieto.

El presidente extremeño consideró un "éxito para los extremeños" que el control de Caja Rural de Extremadura siga efectuándose desde la región, afirmando que hubiera sido la tercera en perderlo (en alusión a Caja Badajoz y Caja Extremadura, integradas en sendos SIP en los que no tienen una posición dominante). El presidente de Caja Rural del Sur, mayoritaria en Grupo Cooperativo Ibérico y con sede en Sevilla, explicó que en diciembre el Banco de España les instó a avanzar hacia la fusión. Una vez que la entidad extremeña rechazó ese proceso --como manifestó el presidente extremeño, los representantes sindicales y los socios (que en marzo eligieron a Prieto para frenarlo)--, García Palacios aseguró que cree que lo más "inteligente" era paralizarlo.

En esa línea se manifestaron ya la entidad sevillana y cordobesa en una reunión en marzo ante el Banco de España, en el que este instó a la extremeña a "reflexionar" sobre su decisión. Prieto anunció entonces que estudiarían las cuentas para analizar la viabilidad en solitario de la entidad. "Somos solventes, como lo éramos antes de entrar en el SIP", sentenció ayer, añadiendo que así consta en el informe que se remitirá al regulador, una vez presentado a Monago "por deferencia".

Ante una posible negativa, el presidente extremeño manifestó que "no parece razonable" cuando las partes apoyan la medida, descartando posturas "continuamente pesimistas". "No contemplo otra hipótesis que la autorización", zanjó, con el respaldo de Prieto. Antes, recordó que en los últimos tiempos algunos, en alusión al PSOE, han dudado del carácter reversible del SIP, que a su juicio se demuestra ahora, y pronosticó que también recibirá críticas.

El presidente de Caja Rural del Sur destacó su buena disposición para el acuerdo con su todavía socia extremeña, como demuestra desde su punto de vista que se renuncie a la penalización por ruptura previstas en el acuerdo del SIP. Su homólogo en Caja Rural de Extremadura especificó que la indemnización correspondería a un tercio de los recursos propios, que cifró en 24 millones de euros (de los 78 totales).

RAZONES DE LA RUPTURA Como razones de la ruptura, Monago y Prieto citaron la diferente "cultura financiera", mientras García Palacios se refirió a que en las uniones en las que se "mutualizan los beneficios", la mayoritaria debe mantener cierto control, "porque somos los últimos pagadores", mientras que desde la extremeña se pretendía tomar decisiones sobre los créditos, por ejemplo. En cuanto a la contraprestación tras la salida, a partir de la renuncia a la penalización, el presidente de Caja Rural del Sur bromeó asegurando que espera que les dejen "tranquilos". Tanto él como el presidente de Caja Córdoba confirmaron que ambas entidades sí continuarán con su proceso de fusión.

Prieto recalcó la demostrada solvencia de la cooperativa extremeña en el plan de viabilidad que se enviará al Banco de España, si bien advirtió que no es su única opción. En ese sentido, planteó que hay posibilidades de integración con otras entidades de la región, citando a Cajalmendralejo, y otras de carácter rural a nivel nacional, si bien ahora se mostró centrado en la salida del Grupo Cooperativo Ibérico.

En el 2010, último año en que Caja Rural de Extremadura presentó su balance en solitario, la entidad contaba con unos activos de 1.187 millones de euros y unos recursos propios de 96 millones. Entonces estaba compuesta por 31.405 socios, de los que más de 28.000 eran particulares, y tenía 111 oficinas. Prieto resaltó los esfuerzos que están haciendo por contribuir al "músculo financiero" de la región, animando a los extremeños a tener en cuenta que es una entidad "por, para y en Extremadura".

El pasado 9 de abril, cuando este diario informó de que la caja regional había llegado a un acuerdo para salirse del Grupo Ibérico Cooperativo, el PSOE mostró su respeto a sus decisiones, si bien pidió a Monago que dejara de "manosearla". Por su parte, IU se declaró satisfecha de que pudiera "seguir gestionándose desde la región y mirando por los intereses del campo extremeño".