Los Reyes Magos recorrieron ayer las calles de la ciudad de Mérida acompañados por centenares de niños y mayores que no quisieron perderse la esperada visita de Sus Majestades.

Sobre las cinco y cuarto de la tarde, con un retraso de quince minutos, las 21 carrozas, 16 pasacalles y cerca de 2.000 figurantes que formaron la mayor cabalgata de la región, se echaron a la calle para repartir alegría e ilusión entre los niños y no tan niños de la ciudad.

Durante más de cuatro horas los Magos, que este año estrenaron trajes y carrozas, repartieron 7.700 kilos de caramelos sin gluten durante la cabalgata, que comenzó en la barriada María Auxiliadora, y al término de esta, en la plaza de España pasadas las nueve de la noche, desde el balcón municipal del que se despidieron de los ciudadanos emeritenses hasta el próximo año para proseguir su marcha hasta el lejano Oriente.

La cabalgata, encabezada por el rey Melchor, transcurrió con normalidad, tan sólo durante la primera hora del recorrido una de las carrozas se detuvo, pero pasados unos minutos volvió a circular con normalidad sin dificultar ni entorpecer la comitiva.

Con anterioridad, los agentes de policía procedieron a la retirada, en varias calles de la ciudad, de aquellos vehículos que impedían el paso de los camiones, y en todo momento estuvieron presentes en el recorrido para asegurar el normal transcurso de la cabalgata.

Asimismo, durante la jornada de ayer los Reyes Magos también se acercaron, alrededor de las 12 de la mañana, al asilo de la ciudad, posteriormente visitaron la residencia de mayores de El Prado, y más tarde el hospital psiquiátrico, donde repartieron más de 1.300 kilos de caramelos entre los mayores y los pacientes del hospital.