El presidente de la Cámara de Comercio e Industria Luso-Española (CCILE), Enrique Santos, destaca que Extremadura "se está convirtiendo en un destino muy atractivo" para las empresas lusas, como demuestra el hecho de que en 2008 las ventas portuguesas a la región extremeña crecieron casi un 30% respecto al año anterior.

En una entrevista concedida a Europa Press, explica Santos que aunque el peso relativo de Extremadura en la actividad comercial entre los dos países ibéricos "es aun diminuto", dado que representa tan sólo el 2,5% de las ventas españolas a Portugal y el 5,1 % de las compras" portuguesas a España, la "localización geográfica" de la región extremeña y "el crecimiento económico que ha registrado en los años" han otorgado una nueva perspectiva.

Con "las inversiones en grandes proyectos de obras publicas con impacto directo en la economía portuguesa, como son el tren de alta velocidad, plataformas logísticas, accesos a puertos marítimos, etcétera, Extremadura es un destino muy atractivo para las empresas portuguesas", precisa el máximo responsable del órgano cameral luso-español, cuya sede está radicada en Lisboa.

"Extremadura de hecho se está convirtiendo en la puerta de entrada de empresas portuguesas", sostiene Enrique Santos, quien asegura acto seguido que "el crecimiento y desarrollo" de la región extremeña "propiciará inevitablemente la atracción de un número cada vez mayor" de sociedades lusas.

ENERGÍAS, OFICINA EXTREMEÑA Y PLATAFORMAS

En este contexto, destaca Santos, en el ámbito de los fondos comunitarios, el "importante" Programa Operativo de Cooperación Transfronteriza 2007-2013, que abarca el Centro de Portugal, Extremadura y Alentejo, "creado para financiar importantes proyectos de cooperación en sectores como el turismo interior, la hortofruticultura en los que ya existen proyectos de cooperación transfronteriza, etcétera".

Entre otros acontecimientos que están impulsando la relación entre Extremadura y Portugal también figura la creación de un Centro Ibérico de Energías Renovables en Badajoz, confirmado en la reciente Cumbre Hispano-Lusa de Zamora. Para Santos "se trata de un proyecto que por su vanguardismo y sofisticación tecnológica, sin precedentes en esta región, contribuirá al desarrollo de ambos lados de la frontera y ayudará a proyectar estas regiones en los mercados internacionales".

Sobre la nueva oficina de la Junta de Extremadura en Lisboa, cuya apertura estaba prevista para antes del verano, apunta el presidente de la cámara que "será sin duda un importante instrumento de promoción de los negocios entre los dos lados de la frontera y demuestra claramente la importancia que el gobierno autónomo de Extremadura da a las relaciones con su vecino Portugal".

"Su eficacia dependerá naturalmente de su capacidad para responder adecuadamente a las empresas portugueses que a ella acudan; a mí lo que me preocupa no es tanto la grandeza de la oficina sino la calidad de los servicios que presta, eso sí que es muy importante", apunta Santos, quien aprovecha para poner la entidad cameral que preside a la "total disposición" de la nueva sede extremeña.

El presidente de la CCILE también se posiciona acerca de la futurible coexistencia de dos plataformas logísticas a ambos lados de la frontera, una en Badajoz y otra en Elvas, toda vez que en la Cumbre de Braga de 2008 no se alcanzara un acuerdo entre ambos estados para la constitución de una plataforma conjunta única.

Preguntado sobre si, en su opinión, tales infraestructuras deben competir libremente o por el contrario sería conveniente crear un mecanismo de cooperación que evitase duplicidades y las hiciera complementarias, Enrique Santos sostiene que "está claro que la construcción de dos plataformas logísticas a escasos metros de distancia no tiene sentido".

"Tendrá consecuencias negativas para nuestras empresas que en definitiva son las utilizadoras de estas infraestructuras", advierte el presidente cameral, quien, sin embargo, se muestra esperanzado en que el asunto se reconduzca.

"La cooperación no se impone, nace cuando existen voluntades e intereses comunes, como creo que es este el caso; y estoy seguro, conociendo a los responsables políticos, que la sensatez acabará por imponerse", sentencia.

FRANJA FRONTERIZA

No obstante y a pesar de los avances experimentados en los últimos años, así como de las perspectivas de futuro existentes, Enrique Santos hace hincapié en que en la actualidad "toda la franja fronteriza hispano-portuguesa presenta niveles de desarrollo inferiores al resto de las regiones de la Península Ibérica".

"Aunque hemos evolucionado mucho en esta materia, debería haber una apuesta mayor en proyectos de cooperación en diferentes ámbitos, desde el financiero al tecnológico, social, cultural, etcétera", recomienda el titular de la cámara, quien tiene claro que "en la cooperación, en un contexto de globalización de los mercados como el que vivimos, puede estar la llave del éxito de cualquier proyecto porque cuando cada uno aporta lo mejor que puede y sabe, esto genera crecimiento y sinergias", además de que propicia "el avance tecnológico" y permite "minimizar recursos y las altas inversiones necesarias en I+D+i".

Respecto al impacto de la crisis en la cooperación comercial y empresarial entre ambos países, explica que "es evidente que en términos generales la menor actividad económica tiene como consecuencia inevitable una disminución en las ventas tanto en el mercado interno como en el exterior" a lo que se añade la "grave" situación del sistema financiero, de modo que "las consecuencias son obvias para nuestras empresas".

"Sin embargo muchos grupos económicos con una visión de medio y largo plazo están aprovechado estos momentos más difíciles para ocupar nuevas posiciones y tirar partido de lo que aparentemente podemos llamar 'crisis económica', relanzando nuevos negocios tirando de sus capacidades de innovación y creatividad, etcétera; se trata en definitiva de tener una actitud proactiva y constructiva", apostilla.

DINAMISMO IBÉRICO

En cualquier caso y desde un enfoque general, Santos reitera que las relaciones económicas entre las dos naciones "son excelentes", dado que "a pesar de la acentuada disminución de la actividad económica tanto en España como en Portugal siguen manteniendo un fuerte dinamismo con flujos de transacciones que el año pasado superaron los 25.700 millones de euros"; dicha cifra significa un crecimiento en relación a 2007 del 2%, con un crecimiento de las ventas españolas del 3,4% y una reducción de las ventas portuguesas a España del 0,5%.

"La importancia de cada mercado para el otro es evidente; para Portugal España es su principal cliente y proveedor y también para España Portugal es un socio comercial de primera magnitud, puesto que es su tercer cliente y octavo proveedor", puntualiza Enrique Santos, quien recuerda al respecto que "fue realmente a partir de la integración de ambos países en el proyecto europeo que las relaciones económicas y empresariales iniciaron un nuevo ciclo, con crecimientos muy significativos tanto en la componente comercial como en los flujos de inversiones, dando inicio por tanto a una nueva etapa de las relaciones bilaterales".

"Para darles una idea de esta evolución, en 1986 España vendía a Portugal productos y servicios por valor de 988 millones de euros, 22 años más tarde las ventas ya superan los 16.500 millones de euros; lo mismo ha ocurrido con las ventas portuguesas a España, que en 1986 arrojaron un valor de 789 millones de euros frente a los 9.200 millones de euros alcanzados en 2008", precisa.