El estreno de la octava legislatura abre una nueva etapa para Extremadura. Los cambios en Madrid tienen su reflejo en Mérida. El fichaje de María Antonia Trujillo por José Luis Rodríguez Zapatero, ha obligado al presidente extremeño a tener que reorganizar su gabinete. Nuevas caras que en conjunto aportan juventud y mayor paridad al Gobierno autonómico. Ejes sobre los que se cimentan las nuevas formas de hacer política que el líder socialista quiere introducir en España.

Juan Carlos Rodríguez Ibarra remodela su equipo e introduce nuevos aires. Con una media que no superan los 37 años, las incorporaciones traen juventud al Ejecutivo extremeño, pero también una visión distinta en la política de hoy. La filosofía del cambio tranquilo que Zapatero quiso aportar con su llegada a la secretaría general del PSOE y que ahora pretende aplicar como presidente del Gobierno.

Apuesta firme

La de Ibarra es una apuesta por la juventud, que contrasta con la experiencia que pueden aportar los nuevos nombres que se unen al Gobierno de la Junta de Extremadura. El nuevo vicepresidente, Ignacio Sánchez Amor, (43 años), lleva una década trabajando de cerca con el máximo mandatario extremeño. Conoce a la perfección los entresijos de la Administración autonómica y posibilitará una importante descarga de trabajo para la apretada agenda que Rodríguez Ibarra tendrá en los que resta de legislatura.

Junto a Sánchez Amor, dos mujeres: Lola Pallero (31) y Leonor Martínez Pereda (37). Ibarra amplía así la participación de mujeres en el Ejecutivo regional aunque sigue lejos de la paridad que propugna Zapatero. El equipo de Ibarra contaba hasta el momento con tres carteras controladas por mujeres, Fomento, Bienestar Social y Presidencia. En el nuevo Gobierno extremeño ostentarán 4 de los 12 departamentos de la Junta, tras crearse Vicepresidencia y la Consejería de Comunicación.

Diálogo y consenso

La otra clave en esta nueva etapa es la política hecha desde el diálogo y el consenso. En la política extremeña, el proyecto de la TV autonómica necesita mucho de esta pócima para salir adelante. La designación de Pallero es un signo inequívoco de la voluntad del presidente y el Gobierno regional, en un momento en que PSOE, PP e IU han hecho cicatrizar sus heridas en este asunto.