Apenas suman unos 200 vecinos, pero son un ejemplo en la tarea del reciclaje del vidrio. Conquista de la Sierra, en la provincia de Cáceres, cercana a Trujillo, es la localidad extremeña donde más cristal se lleva al contenedor verde (hay tres recipientes colocados en el pueblo). Concretamente 45 kilos por persona al año. El segundo puesto lo ocupa Jarilla, en el valle del Ambroz (tiene alrededor de 140 moradores y cuatro contenedores), con 35,2 kilos por habitante.

En territorio pacense, donde los porcentajes de reciclaje son menores, el municipio que más destaca es Zarza-Capilla, unos 350 vecinos, en la comarca de La Serena, con 18,1 kilos por persona al año (hay siete contenedores instalados en la localidad).

Son los datos que ofrece la entidad Ecovidrio, que recoge que los extremeños depositaron 8.231 toneladas de residuos de envases de cristal a través del contenedor verde durante el 2018. Supone un crecimiento del 3,6% respecto al año anterior. Significa también una media de 30 envases, o lo que es lo mismo, 7,7 kilogramos de vidrio por persona.

No obstante, a pesar de que se ha experimentado un crecimiento, la tasa sigue estando muy por debajo de la registrada a nivel nacional: 18 kilos por habitante.

Desde Ecovidrio manifiestan: «Con el objetivo de facilitar la labor de reciclaje a los ciudadanos, durante 2018 se han instalado en la región más de 300 nuevos contenedores, incrementando el parque en un 6% hasta alcanzar los 5.302 iglús; esto supone un ratio de un contenedor por cada 202 habitantes».

Concienciación

Asimismo, subrayan que «la colaboración ciudadana es clave para activar la cadena de reciclado». En este sentido, destacan las diversas iniciativas de sensibilización que han desarrollado con el objetivo de «movilizar a jóvenes, niños, profesionales de la hostelería y la sociedad en general», para que colaboren con esta causa medioambiental.

Y ponen dos ejemplos para evidenciar qué reporte positivo supone usar el contenedor verde: «Gracias al reciclaje de envases de vidrio en 2018, los extremeños han logrado evitar las emisiones de CO2 equivalentes a dar una vuelta al mundo en avión. Asimismo, han logrado evitar la extracción de una cantidad de materias primas equivalentes al peso de la Torre Eiffel».