La Comunidad de Regantes del Canal de Orellana ha exigido a la Confederación Hidrográfica del Guadiana que explique los protocolos de actuación que han seguido en la gestión de los desembalses y que, a juicio de la comunidad, "han causado daños adicionales" a las explotaciones de la cuenca aún no cuantificables debido a la imposibilidad de acceder a las explotaciones.

El pasado 20 de marzo, la comunidad de Orellana asistió a la junta de explotación en la que se señaló que los pantanos de la CHG se encontraban al 95% de su capacidad, con el dato preocupante de una entrada media de 40 hectómetros cúbicos al día en el embalse de La Serena. La única medida que se tomó en ese momento fue la de turbinar cuatro hectómetros cúbicos en el pantano de Orellana y abrir Alange, cuando se podría haber tratado este tema más en profundidad.

En ningún momento se habló de desembalses de urgencia y se confió en que las decisiones tomadas por la Confederación Hidrográfica del Guadiana se trasladarían a las comunidades de regantes para mantener al corriente a los agricultores de cuenca. Esta comunicación se produjo en forma de llamada de urgencia el lunes 1, cuando ya se habían ocasionado daños importantes en las infraestructuras, con acequias bajo el agua y otras totalmente derruidas.

Cuando se retire el agua podrán evaluarse los daños que se anticipan cuantiosos, por lo que la comunidad de regantes de Orellana no descarta presentar acciones legales contra la "negligente" actuación de la Confederación Hidrográfica del Guadiana.

Por el contrario, por parte de la comunidad de regantes del Zújar, su secretario, Juan Antonio Merino, asegura que su entidad sí fue informada con antelación por parte de la Confederación. Merino añade que existe un importante retraso en las labores de siembra, sobre todo en el sector del tomate.