Un total de 1.550 ovejas procedentes de Extremadura han llegado a los puertos de Sejos, en Cantabria, para pastar allí hasta final de octubre, con el fin de luchar contra la invasión de sus prados por la lecherina , una planta que rechaza el ganado vacuno y caballar que pasa los veranos en esa zona del norte español.

La decisión de introducir un rebaño de ovejas de gran dimensión en los puertos de Sejos fue aconsejada por un estudio realizado por la Consejería cántabra de Ganadería, que asegura que el método más eficaz para reducir la presencia de lecherina es el pastoreo ovino.

La medida se enmarca, según informó la presidenta de la Mancomunidad de Campoo-Cabuérniga, Belén Ceballos, en el trabajo de investigación realizado en los tres últimos años, con el fin de identificar las causas de la invasión de la lecherina y probar distintos métodos para disminuir su presencia hasta unos niveles adecuados.

De los diversos sistemas que se han experimentado, el de complementar con rebaños de ovejas el pastoreo de vacuno y equino resultó óptimo, tanto por su efectiva disminución de la población de la lecherina en el pasto.