Extremadura es una de las comunidades con menor volumen de empresas exportadoras y, a la vez, con mayor número de microempresas, lo que dificulta la llegada de flujo económico procedente del exterior y la capacidad de dar respuesta a la demanda de productos y servicios. Por tanto, las empresas extremeñas deberían ampliar su exposición al exterior y ser de mayor tamaño, según expuso ayer el director de Análisis de Ibercaja Gestión, Javier Rillo, durante una jornada de trabajo organizada en Mérida por la Asociación Extremeña de la Empresa Familiar (AEEF).

«En un entorno en el que el crecimiento procede más de fuera que de la demanda propiamente interna, es necesaria una internacionalización cada vez mayor», afirmó e informa EFE.

Por su parte, el presidente extremeño de la Asociación Extremeña de Empresas Familiares, José Piñeiro, expuso durante el encuentro celebrado en la capital extremeña que las empresas familiares son las menos endeudadas del conjunto empresarial español, lo que les ha permitido afrontar «de otra manera» la crisis. «Ahora trabajamos con la hipótesis de que la economía española está creciendo a buen ritmo, con expectativas de crecimiento de empleo e inversiones» para el próximo año, agregó.

ESTABILIDAD Y CONFIANZA / Además, «la estabilidad política ayudará a que los inversores tengan confianza», aseguró.

Con mayor fluidez en el crédito, tanto el mercado como las empresas tienen más liquidez, pero el hándicap radica en el consumo, «que está un poco parado». Asimismo, el presidente de la AEEF pidió que no se eliminen las bonificaciones del impuesto de sucesiones, un elemento clave en la ayuda en el relevo generacional.