Una gran desolación y una profunda tristeza fueron los sentimientos que ayer reflejaban los rostros de los familiares y amigos que se trasladaron hasta la iglesia El Salvador de Carbajo para despedir al alcalde socialista Manuel Bravo y su esposa, Amalia Vivas, que fallecieron el miércoles tras sufrir un trágico accidente de tráfico en la carretera N-521, en el término municipal de Salorino. Tal y como se esperaba, el templo se quedó pequeño para acoger a las cientos de personas que ayer quisieron dar su último adiós al matrimonio que deja cinco hijos --Raquel, Juan Manuel, Rubén, Jesús y María del Rosario--, y que ayer afrontaron juntos el momento más amargo de sus vidas.

Entre un absoluto silencio, la ceremonia, que comenzó pasadas las cinco de la tarde, estuvo presidida por el Obispo de la Diócesis de Coria-Cáceres, Francisco Cerro, quien alabó las cualidades humanas de Manuel y Amalia con quienes mantenía una estrecha amistad ya que Cerro casó a María del Rosario, una de las hijas del matrimonio, según manifestó Eusebio Guillén, familiar del matrimonio.

"Muy buenos", "una familia estupenda" y "un alcalde muy cercano" fueron algunas de las expresiones que los vecinos de Carbajo utilizaron ayer para describir a sus dos vecinos ya fallecidos. "Eran buenísimos, se relacionaban mucho con la gente y él ha hecho muchas cosas buenas por el pueblo", comentó Florencio Corchado. Si los dos eran muy queridos en Carbajo, una población de 240 habitantes que estará de luto tres días, también lo eran fuera y así se lo transmitieron con su presencia diversas personalidades políticas como el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara. La delegada del Gobierno en Extremadura, Carmen Pereira, también quiso acompañar a la familia y afirmó que las causas del accidente "no se conocen". Además, lamentó el gran número de accidentes mortales desde septiembre.