Alrededor de 640 reos comparten celda en las prisiones de Badajoz y Cáceres pese a que la Ley Orgánica General Penitenciaria lo prohíbe tajantemente excepto en casos excepcionales. El aumento de la población reclusa en los últimos años ha llevado a una situación en la que las cárceles extremeñas están prácticamente saturadas, puesto que la cifra de presos supera en un 44,9% el número de celdas funcionales. Este hecho podría empeorar en pocos meses, puesto que las reformas penales aprobadas recientemente por el Gobierno van dirigidas precisamente a encarcelar a un mayor número de pequeños delincuentes.

Aunque las dos prisiones extremeñas atraviesan una situación complicada, los datos facilitados por Comisiones Obreras y el sindicato Acaip (mayoritario en Instituciones Penitenciarias) reflejan que el centro de la capital cacereña tiene una saturación asumible. De esta forma, cuenta actualmente con 352 presos para sus 320 celdas, con lo que supera su capacidad real en un 10%.

CAPACIDAD OPERATIVA

Sin embargo, los expertos en el mundo penintenciario apuntan que una prisión puede funcionar con normalidad con la mitad de sus celdas ocupadas por dos internos, lo que se denomina capacidad operativa, un límite que no se alcanza en Cáceres.

El problema es más grave en la cárcel de Badajoz, donde sus 680 presos se reparten en únicamente 392 celdas, alcanzando una saturación del 73% y superando sobradamente su capacidad operativa, puesto que son 576 reos los que se ven obligados a compartir habitáculo.

Alberto Ramajo, secretario de Acción Sindical de CCOO en el ámbito de los funcionarios de prisiones, apunta que la situación aún puede empeorar, puesto que las nuevas leyes contra la delincuencia anunciadas por el Gobierno podrían duplicar esta población reclusa en poco tiempo. A su juicio, ya se detecta un auténtico "hacinamiento" de los presidiarios, que se ven obligados a compartir una celda de unos ocho metros cuadrados diseñada para un único ocupante. Asimismo, recuerda que ésta es una de las principales causas de la conflictividad en el interior de las prisiones.

Sin embargo, desde la Federación de Servicios Públicos de UGT Santiago García cree que el problema ha mejorado con respecto a los últimos años, cuando "la situación llegó a ser mucho más agobiante".

"Lo que establece la ley penitenciaria ni siquiera tiene visos de que se pueda cumplir", reconoce.