Tan sólo unos cincuenta de los 350 empleados que tiene Carcesa, una de las empresas de Nueva Rumasa afectadas por el preconcurso de acreedores, fueron ayer trabajar, todos ellos en la planta de Mérida, mientras que el resto se han visto obligados a coger vacaciones ante la falta de materias para producir.

La presidenta del Comité de Empresa de Carcesa, Rosario Riñones, explicó ayer que la mitad de los cien trabajadores de este centro están de vacaciones forzosas esta semana, mientras que la otra mitad descansará la próxima, si bien los empleados que acudieron ayer a la fábrica realizan "otros trabajos manuales", pues hasta el jueves no habrá producción.

En cambio, las fábricas que tiene Carcesa en Montijo y Don Benito permanecerán totalmente cerradas durante tres días esta semana y otros dos la próxima, debido a que se han tenido que coger vacaciones ante la falta de materias para trabajar. A esta falta de trabajo se suma que los empleados no han cobrado todavía ninguna cantidad correspondiente a la nómina de febrero.

Por otro lado, el Juzgado de Instrucción número 50 de Madrid ha incoado diligencias previas contra Alvaro Ruiz-Mateos, uno de los hijos del fundador de Nueva Rumasa, y contra Antonio Alvarez-Montalvo, directivo de Clesa, por un presunto delito contra la Seguridad Social e insolvencia.