Declive de la producción, aumento de la tensión. Así se resume la situación de los 300 trabajadores de la empresa Carcesa ante la incertidumbre que persigue al grupo Nueva Rumasa, propietaria de las tres factorías que hay en la región, debido a los problemas económicos que atraviesa y que ha presentado un preconcurso de acreedores (figura previa a la antigua suspensión de pagos) para diez de sus principales industrias, entre ellas Carcesa. Los empleados trabajan desde la pasada semana en un solo turno, con producción solo de paté y magro los miércoles, jueves y viernes, pero con materias primas solo hasta este viernes, "a partir de entonces no sabemos qué pasará", insistió ayer Rosario Riñones, presidenta del comité de empresa de Carcesa en Mérida, la mayor planta de las tres. Esta caída de la producción por falta de productos que les permitan hacer frente a los pedidos contratas con la tensión "cada vez mayor" que viven los trabajadores, ante el desconocimiento sobre su futuro, ya que "ningún responsable de Nueva Rumasa nos ha informado de nada y todo sigue igual", señala.

"Toda la plantilla está trabajando, unos haciendo unas cosas y otros otras, pero no tenemos materias primas para hacer paté y magro más allá de este viernes", comenta Riñones, que reitera que los empleados se mantienen cautos, sin dar demasiado crédito al anuncio hecho la pasada semana por el grupo empresarial fundado por José María Ruiz-Mateos en torno a que un fondo de inversión solucionará esta semana los problemas de Carcesa. "Los trabajadores tenemos incertidumbre y hasta que no lo veamos concretado sobre la mesa no creemos nada", explicó ayer. Además, recuerda que Nueva Rumasa "tampoco ha decidido si va a tener campaña o no", en relación a la contratación de tomate para hacer transformados baja la marca Apis. A este respecto, aclara que las manifestaciones de la pasada semana de la organización agraria UPA-UCE instando a los productores de tomate a no contratar con Carcesa si no tienen garantizado el pago "no ayuda" al futuro de la factoría.

Lo cierto es que los empleados volverán hoy "sin nuevas noticias" sobre su futuro a ocupar sus puestos de trabajo de seis de la mañana a dos de la tarde, dándose la paradoja de que los días que hay producción no pueden envasar los pedidos porque no tienen dónde hacerlo.

Para denunciar la situación, UGT y CCOO han fijado una concentración el próximo sábado en la plaza de España de Mérida a partir de las doce del mediodía.