La pobreza que sufren miles de extremeños está «muy cronificada», ya que quienes la padecen por circunstancias como el trabajo precario, familiares, sociales o de dependencias tienen graves dificultades para superar situaciones «duras y muy intensas» que se notan especialmente en fiestas consumistas como la Navidad.

Son datos facilitados a Efe por el responsable de Cáritas de Plasencia, Iván Torres, que dirige una de las 17 entidades de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza (EAPN) que trabajan en la región a favor de la inclusión social. La tasa de pobreza y/o exclusión social subió seis décimas en Extremadura en 2016, hasta afectar al 35,8% de la población, es decir, a 389.425 ciudadanos.

Entre los colectivos que menciona Torres figuran los jóvenes de entre 25 y 40 años, ya que se incorporan a situaciones de pobreza y marginalidad sociales, de consumos perniciosos y de trastornos patológicos mentales. Esto provoca «respuestas cada vez más difíciles» para integrarse en la sociedad.

«Lo fundamental es que la pobreza se cronifica, se endurece mucho y cuesta mucho salir de ella», dice Torres, que señala que en los últimos años el problema no aumenta exponencialmente en cuanto a quienes no pueden pagar sus hipotecas o pierden sus empleos, ya de por sí hechos dolorosos, pero que persiste insistentemente entre los marginados sociales.

Ante esto, prosigue, Cáritas trata de paliar la situación de las personas «que han tocado fondo», sobre todo hombres con bajas cualificaciones académicas y profesionales, parados, inmigrantes y jóvenes, y también mujeres en casos vitales tanto o más complicados.

Todas estas circunstancias se evidencian más, según Torres, en fiestas consumistas como la Navidad, cuyos dispendios son inasequibles a pesar de los esfuerzos de las organizaciones humanitarias. No obstante, ha puntualizado que se percibe una mayor solidaridad social y de la Iglesia hacia los más necesitados.

soledad / Los beneficiarios «son gente muy agradecida porque vienen de una situación de vacío y de soledad», afirma Torres, que agrega que Cáritas de Plasencia atiende a unas 6.000 personas al año, y otras muchas miles en el resto de la región.

Sobre las ayudas de las administraciones públicas como la renta básica de la Junta, señala que son mecanismos que ayudan, pero es preciso dedicar más recursos para lograr viviendas dignas o que las ayudas sociales sean una forma estructural y a largo plazo, y no puntual. La cifra de pobres creció pese a que la población se redujo en 2016 en Extremadura a 1.087.778 habitantes, 9.966 menos que en 2015. No obstante, el dato de riesgo de pobreza y exclusión social ha mejorado un 2,1% desde el año 2008 (26.620 personas menos), según el último informe de EAPN.

Los hogares extremeños que están en riesgo de pobreza la padecen de forma severa son más de 73.000, es decir, los que tiene ingresos por unidad de consumo inferiores a 342 euros al mes (4.104 al año). En estos datos influye además, según la EAPN, que el 59,8% de las pensiones extremeñas están por debajo del umbral de la pobreza. Para el 2017 no se prevén datos mejores.