TCtomo bien se suele recordar en este tipo de conmemoraciones entre la gente que nos movemos en este mundillo , el 15 de marzo de 1963, el presidente de EEUU, John F. Kennedy, pronunció un discurso ante el Congreso de ese país en el que se refirió a los derechos de los consumidores indicando que "por definición, el término consumidores nos incluye a todos, ellos son el grupo económico más amplio y es afectado por casi cada decisión económica pública o privada. No obstante, es el único grupo importante cuyas opiniones a menudo no son escuchadas".

Desde nuestra perspectiva actual, debemos decir que, una vez más, cuánta razón tenía el Sr Kennedy en sus palabras, eso sí, creo que se quedó quizás algo corto con lo de que las opiniones de los consumidores "a menudo" no son escuchadas, pues más bien debió decir "pocas veces".

Algunos años más tarde, el movimiento de consumidores comenzó a celebrar cada 15 de marzo el Día mundial de los derechos del consumidor para aumentar la conciencia mundial sobre estos derechos, siendo "¡Justicia para todos los consumidores ahora!" el lema para este año 2013 propugnado por las principales organizaciones de consumidores de todo el mundo y desde luego creo que de los más rotundos que probablemente se hayan utilizado en tiempos modernos.

Es evidente que son tiempos difíciles para ese ser algo etéreo que llamamos "consumidor", de eso no cabe duda, y es que la crisis ha sacado a relucir las enormes carencias que tenían las regulaciones de protección de los consumidores propugnadas por los gobiernos de todo el mundo, que han visto como en demasiados casos no han servido para evitar grandes fraudes masivos al ciudadano de a pie. Es pues tiempo para una revisión profunda de la normativa existente, que debe ser adaptada a los nuevos tiempos que vivimos, especialmente en sectores tales como el del consumo financiero, que ha resultado uno de los más vulnerables, pero siempre sin olvidar la cuestión formativa e informativa que debe ser quizás la principal vía por donde atajar la problemática e inversamente, el motivo de muchos problemas.

XPRUEBA LAx trascendencia de tal carencia formativa e informativa es comprobable en nuestra región, donde el mundo rural ha sido históricamente uno de los mayores perjudicados, con una población de avanzada edad y carente de cualquier formación suficiente para poder defenderse por si misma en cuestiones tan complejas como lo son las financieras, que ha sufrido repetidos engaños por parte de gente sin escrúpulos, entre los que entre los últimos casos lamentablemente hemos encontrado algunas politizadas entidades financieras, que han aprovechado la confianza que los ciudadanos tenían en ellas, para tratar de tapar sus propios agujeros haciendo suyos los ahorros de estos.

Además de no fiarnos ya de nadie, lo cierto es que si algo hemos sacado quizás en positivo, es que la crisis ha puesto de manifiesto la urgente necesidad de convertirnos en ciudadanos activos, consumidores conscientes, formados e informados, críticos con las injusticias y sobre todo capaces de movilizarse y movilizar a los gobernantes para apostar por un modelo de consumo más sostenible y solidario. Y como en muchas ocasiones he repetido, cuando salgamos de ésta (saldremos, que nadie lo dude), espero que no nos olvidemos del todo de lo sucedido y sepamos utilizar la dura experiencia vivida para dar un paso más en la creación de un mundo más justo y responsable.