TMtás de 22.078 millones de euros en exportaciones de alimentos y bebidas en 2012. 2.908 millones de euros de esa cantidad total corresponden al sector porcino; 2.567 millones son del sector del vino; y 1.849 millones de euros, del aceite de oliva.

Muchos datos y muchos números para mostrar la importancia económica de la agroindustria, de un éxito en el que tienen mucho que ver nuestras cooperativas, que continúan generando empleo, que no se deslocalizan, que dinamizan el mundo rural y que facturaron en el pasado ejercicio cifras millonarias a pesar de la crisis. Cierto es que la actual situación de crisis no pasa de largo para nadie hoy día, pasando en muchos casos de ser una crisis económica a una crisis social. Tampoco ha pasado de largo en las cooperativas, que aunque están aguantándola mejor por su forma de ser empresa, sí que están sufriéndola en la vertiente financiera.

Las cooperativas son la base del sector agrario. De ellas depende que todo el sistema funcione. Si ellas no están, todo se cae. Las cooperativas son las empresas de los propios agricultores y ganaderos, para los que consigue márgenes que le benefician y a los que ofrecen servicios como la utilización de maquinaria compartida; la compra de insumos agrarios; personal de sustitución para que la labor en el campo esté garantiza en determinados momentos; disponer en común de técnicos especializados en las distintas técnicas de cultivo; e innumerables servicios más.

Son un ejemplo de intercooperación, solidaridad y eficiencia empresarial. Las cooperativas son las hoy por hoy mantienen a flote a muchos agricultores y ganaderos, sin acceso al crédito porque los bancos no conceden préstamos. Así, las cooperativas les permiten disponer de los insumos agrícolas que les permitan continuar su actividad, desde abonos y fertilizantes, hasta piensos, pasando por los carburantes. Pero el problema se ha trasladado ahora a las cooperativas. A pesar de sus resultados positivos, de incrementar la facturación, de dar garantías de solidez... están viendo cómo su acceso al crédito es cada vez menor. Inexistente en algunos casos. Y en los casos en los que sí pueden tener un préstamo, se realiza con intereses claramente abusivos.

XDEBE HABERx alguna forma de regular esto, porque la consecuencia es que las cooperativas están sufriendo unas fuertes restricciones, que pueden ocasionar en algunas de ellas la imposibilidad de llegar a producir de una forma adecuada. Pues la cooperativa tiene identidad como empresa, independientemente de los socios. Cierto es que las empresas en general vienen sufriendo desde hace unos años un recorte en sus necesidades de financiación externa. Financiación de circulante, que es fundamental para las manufacturas de los productos procedentes de las explotaciones de sus socios, agricultores y ganaderos. Hemos pasado de unos años locos donde el dinero corría y las entidades de crédito te ofrecían todo el dinero necesario y barato, a un momento en que la financiación es escasa y cara, y en el que las entidades financieras han elevado sus exigencias a la hora de conceder préstamos, así como el valor de los mismos. Es evidente que estos, a pesar de que el dinero que adquieren para después prestarlo ha bajado, han incrementado su diferencial para disponer más margen.

Cierto es también que el dinero en las entidades financieras es, ahora, escaso. Los problemas internos que tienen, afectadas por las reestructuraciones, por la burbuja inmobiliaria y por otros avatares, a los que se unen las exigencias del Banco de España de cara al incremento de las provisiones, no ayuda a la liquidez del sistema, al igual que el endeudamiento de las Administraciones que hacen la competencia al sector productivo a la hora de adquirir préstamos.

Pero cierto es también que la sociedad en general y las distintas Administraciones en particular deben comprender la importancia del sector cooperativo en Extremadura como ente regulador entre la oferta y la demanda, que sustenta un número importante de puestos de trabajos y genera riqueza para nuestra región. Avales más que suficientes para acabar con una situación financiera restrictiva para las cooperativas, para empezar a tener acceso al crédito de forma clara y normal, y para continuar impulsando nuestro sector agroalimentario, pilar y sostén económico de Extremadura.