La nueva delegada del Gobierno en Extremadura, Carmen Pereira, prometió ayer su cargo y estableció sus objetivos, entre los que dio prioridad a "poner todos los medios existentes actualmente, como los futuros que establezca la ley integral contra la violencia de género, para intentar solucionar la terrible lacra que suponen".

El de anoche era el primer acto oficial al que acudía la ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo, en calidad de miembro del Gobierno de Rodríguez Zapatero. También estuvo el presidente de la Junta, así como una nutrida representación política y financiera de la región.

Pereira abrió las puertas de la delegación a los ayuntamientos, a las diputaciones y la Fempex y dijo que aunque sabe que en este nuevo cometido surgirán conflictos, tratará de resolverlos a través del diálogo. También tuvo palabras para la Asociación de la Memoria Histórica, de la que ha sido presidenta y recordó a su abuelo, fusilado en el 36.

Aunque anoche aún no era oficial, El PERIODICO ha confirmado los nombres de los nuevos subdelegados del Gobierno. Fernando Solís Fernández será el subdelegado de Cáceres, mientras que Inocencio Ramos Sánchez ocupará este cargo en Badajoz. Solís es de Cáceres, licenciado en Empresariales, y en la actualidad es director general de Enseñanzas Universitarias e Investigación, en la Consejería de Educación. Inocencio (Chencho) Ramos fue concejal en el Ayuntamiento de Badajoz la legislatura pasada, asesor de la Presidencia de la Junta, catedrático en Historia y licenciado en Derecho.

DESPEDIDA El anterior delegado del Gobierno, Oscar Baselga, se despidió diciendo que en estos años las Administraciones en Extremadura han demostrado saber anteponer los intereses públicos a los de partido. También Ibarra destacó de Baselga la relación "correcta y amable", mientras que, en relación a Pereira, dejó claro que él no pretende ser el representante del Gobierno en Extremadura, cargo que ejerce la nueva delegada. La ministra añadió que Carmen Pereira asume el estilo propio del Gobierno de Zapatero, según el cual, "si se quiere, se puede y si se dice, se hace".