La Casa del Pueblo en Cáceres es desde ayer un lugar para conocer la historia del Movimiento Obrero en España, pero también para el homenaje y el recuerdo de todos los que dedicaron su vida a la lucha por los derechos de los trabajadores. El edificio municipal situado en pleno corazón de la ciudad monumental es el primer Museo del Movimiento Obrero de España y el tercero de Europa tras los que se abrieron en Holanda y Finlandia.

"Hoy es un día de gloria porque por primera vez nuestro país tiene un museo como este", afirmó el secretario general de UGT, Cándido Méndez, que ayer asistió a la inauguración del museo cacereño y descubrió con el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, una placa conmemorativa en la puerta del edificio. En su intervención el dirigente sindical recordó que la apertura del espacio museístico de Cáceres coincidía con el primer centenario de la construcción de la Casa del Pueblo de Madrid.

"Este espacio es muy importante porque nos vincula con la historia, por el lugar en el que se hace, una Casa del Pueblo, y por la coyuntura en la que se lleva a cabo", afirmó Méndez, que recordó que las casas del pueblo nacieron como espacios en los que sacar de la incultura a los trabajadores.

EL VALOR DEL RECUERDO Por su parte el presidente de la Junta de Extremadura se refirió a la memoria como "el gran patrimonio del ser humano", por eso elogió que el propósito del museo de "poner en valor la memoria de lo que ha representado el movimiento obrero", también está reconociendo "la labor de aquellos hombres y mujeres anónimos que estuvieron detrás de los líderes del movimiento obrero y que perdieron su vida y su libertad para que ahora gocemos de estos derechos", afirmó Vara. El presidente regional destacó que el principal valor de ese espacio no son las piezas que recoge, "sino que recoge la vida de la gente", apostilló.

A ese recuerdo se refirió también la alcaldesa de Cáceres, Carmen Heras, que valoró el interés de la organización sindical "por recuperar el pasado" y por contribuir con esta nueva instalación cultural al objetivo de Cáceres del 2016. Heras recordó que el Ayuntamiento de Cáceres cedió el uso de la Casa del Pueblo a UGT el pasado mes de junio a través de un convenio para que pudieran llevar a cabo este proyecto.

A esta cuestión se refirió también a el secretario de UGT en Extremadura, Miguel Bernal, que pidió a la alcaldesa que se trabaje para encontrar la fórmula adecuada que permita que este espacio del que ahora la organización sindical solo tiene el uso sea en el futuro devuelto al pueblo que la construyó.

COSTO 9.000 PESETAS EN 1918 La Casa del Pueblo y desde ayer Museo del Movimiento obrero fue creada en un edificio de la calle Olmo --en las traseras del Parador-- en el año 1918, tras comprarla la organización sindical a su propietario por 9.000 pesetas de la época. En el transcurso de la Guerra Civil, el edificio fue requisado y entregado a la falange en 1946, que utilizó el edificio hasta que lo adquirió el ayuntamiento en los años 50 por 41.249 pesetas, recuerda un cartel del museo.

El edificio fue rehabilitado en 2003 y cuanta con tres plantas de las que solo la primera funcionará como museo, aunque las dos salas de la planta baja se usarán para exposiciones temporales. Varios paneles informativos acompañan el recorrido por sus instalaciones. En ellos se sitúa el Movimiento Obrero y se recorre su evolución en el mundo, en España y en Extremadura, distinguiendo cuatro etapas: Origen (1839-1872), Periodo Revolucionario (1872-1939), Exilio (1939-1977) y Libertad sin Ira (desde 1978).

Junto a los paneles, las paredes del museo aparecen salpicadas por las voces del movimiento obrero, desde los testimonios de presos en las cárceles falangistas a frases de Pablo Iglesias, que protagoniza varios espacios del museo, como el vídeo en el que un actor encarna al fundador de la organización sindical para dar la bienvenida y explicar parte de los contenidos de la visita. La exposición se completa con documentos originales --entre ellos hay libros de registros de pólizas agrarias del año 34 y carnets de afiliación de los años 50-- y la recreación de una oficina clandestina de la organización sindical.