TPteriódicamente la Cofradía Extremeña de Gastronomía realiza encuentros en los que desarrolla actividades diversas de índole gastronómica: visitas a industrias alimentarias, jornadas sobre un tema gastronómico determinado, participa en concursos gastronómicos o asiste a la inauguración de nuevos restaurantes, así como colabora con entidades de la producción alimentaria. Los cofrades distan mucho de ser sanchos de gusto snob y están más preocupados por la gastronomía extremeña, pues no hay más que poner el ejemplo de la asistencia al último Congreso Nacional de Cofradías Gastronómicas en la que dejó en las más altas cotas la alimentación extremeña.

Este próximo sábado se reunirá para celebrar los 30 años de su fundación en la Finca Cansini (Badajoz) y realizará una Cata de "pan rústico extremeño". Se catarán panes rústicos procedentes de Aldeanueva del Camino, Cilleros, Plasencia, Hornachos, Mérida, Montijo, Zalamea de la Serena, entre otros, hasta doce tipos. Todo ello encaminado a la defensa del pan tradicional y en especial del pan que se elabora en los pueblos extremeños.

Son más conocidas las catas de vino o de platos elaborados, sin embargo es menos habitual este tipo de catas, por otro lado muy interesantes para poner en valor el pan como alimento básico de nuestra alimentación, además de defender ese tipo rústico donde la manipulación química está ausente.

El pan debe tener una molla esponjosa y blanca de olor a tahona cálida. Tener una apariencia donde su visión provoca una salivación bucal instantánea. En sí, el pan debe ser apetecible por el mismo y no por lo que lo acompañemos. No debemos olvidar que nos encontramos en la cuenca mediterránea y, por tanto, en un área cerealista y como es sabido forma parte de la llamada Dieta Mediterránea.

XCUANDOx asistimos a un restaurante se suele catar por uno de los comensales el vino y si éste no es adecuado se rechaza. Pues bien posiblemente debemos hacer lo mismo con el pan, pues la gran mayoría de las veces nos ponen en el platillo del pan uno que se asemeja a una goma de mascar. Debe ser reivindicado nuestro pan rústico. Lo mismo que deseamos una lubina fresca o una ternera de nuestra dehesa, también debemos comenzar a exigir amablemente que el pan que nos ponga en el lado izquierdo de nuestra mesa sea de 'pueblo' o elaborado de la manera tradicional.

El pan, alimento de larga tradición, es un alimento sano y para la regulación intestinal es esencial, pues forma parte de la ración de volumen que es necesaria para el paso intestinal y una adecuada fisiología digestiva, además de ser muy calórico y nutritivo con un aporte importante de vitaminas, del grupo B y minerales como potasio, fósforo y magnesio.

Por otro lado, el pan ha tenido una mala fama en aquellas dietas de adelgazamiento, hecho que no es totalmente cierto. En sí el pan tradicional blanco es muy bajo en grasa, no así el de molde o tostado. El más el acompañamiento que el propio pan el que conlleva el engorde. Así, no le echemos las culpas al mensajero y defendamos a nuestro pan rústico extremeño.