Las restricciones a la expansión de plantaciones en la DOP Cava reabren el debate entre los defensores de la paralización de nuevos viñedos para evitar la depreciación comercial -sobre todo operadores catalanes- y quienes reclaman mayores crecimientos, como Extremadura o Valencia. La resolución del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente del pasado viernes decidió para la DOP Cava una limitación del 0,52% para este año; en la práctica supondrá un tope 172,2 hectáreas aplicable a las solicitudes de 2018 para nuevas plantaciones, replantaciones y conversiones de derechos de replantación (57,4 hectáreas en cada caso).

La superficie de cava ha crecido en 2017 un 6,5%, pero el aumento de las ventas ronda el 0,42%, tesis que aconseja prudencia.

El Gobierno ha avanzado también el pasado martes en Requena (Valencia) que aceptará todas las solicitudes para nuevas plantaciones, aunque no se hayan replantado, realizadas antes del 29 de diciembre, fecha en la que se aprobó la nueva regulación que limita el crecimiento.

La DOP Cava adhiere a municipios de Rioja, Aragón, Extremadura, Valencia, Navarra o País Vasco, aunque la comarca del Penedès aglutina el 90% de la producción.

Fuentes del cava catalán explican que la DO ha visto pasar las hectáreas de 33.800 hasta 35.400, con lo que el potencial productivo máximo es de 400 millones de botellas, aunque actualmente solo elaboran 240 millones. «¿Para qué seguir plantando» se preguntan en el Penedès.

Devaluación del producto

Un crecimiento desmesurado supondría un grave riesgo de sobreproducción y devaluación del producto. Y aseguran que algunos operadores de Requena o Almendralejo, aún sin expandir cultivos, pueden ya duplicar o hasta triplicar su producción.

La Rioja respalda la resolución del Ministerio. «Es lógico que asuma la recomendación de la DOP Cava, que pidió limitar las plantaciones a 0,1 hectáreas, y precisamente ante la petición de Extremadura y Valencia, decidió ampliar el porcentaje de nuevas autorizaciones de plantaciones para 2018».

Fuentes del Ejecutivo regional aseguran que «Rioja tiene potencialidad de plantar miles de hectáreas, pero es necesario limitarlas para evitar desequilibrios entre oferta y demanda».

«La situación de Cataluña y el posible boicot a los productos catalanes no puede servir como excusa para justificar un crecimiento de masa vegetal, pensando en que los cavas producidos fuera de Cataluña van a tener mejor salida al mercado», argumentan.

La Asociación de Empresas Vinícolas de Extremadura (Asevex) critica que el escaso número de nuevas hectáreas aprobadas para este año «supone en la práctica la imposibilidad de continuar con el crecimiento en la producción en Almendralejo de los últimos años». Esta entidad lamenta que se haya decidido autorizar nuevas plantaciones solamente en un 0,52 %, «muy lejos del 1 % que permite la normativa de la UE».

«Por tercer año, el Ministerio deja pasar la oportunidad de aumentar el potencial productivo del viñedo español, lo que sí hacen nuestros competidores como Francia e Italia y supone que nuestro sector siga perdiendo competitividad», subrayan.

La polémica acompaña al nuevo sistema de autorizaciones, que sustituye al antiguo régimen de derechos de plantación, aunque para 2030 está prevista la liberalización total en la Unión Europea, es decir, no habrá limitación alguna para plantar. Todo un reto.

En cuanto a la evolución del mercado, la última semana del 2017 concluyó con una ligera caída del 0,03% para el vino blanco a granel sin DO y con un repunte del 1,30% para el tinto.

La buena evolución de las ventas y la escasez de oferta anticipa nuevas subidas, que se traducirán en un repunte moderado de la botella de vino.