La actividad cinegética movió el año pasado 385 millones de euros, lo que supone un incremento del 6,83% respecto al año anterior y pone de relieve la importancia de este sector en la región. Ése es uno de los datos y el consiguiente análisis que realiza la Federación Extremeña de Caza sobre la radiografía al sector que ha realizado por segunda vez a través en el estudio Situación de la Caza en Extremadura, editado por la Diputación Provincial de Cáceres. Son más de 230 páginas en las que se aborda de forma pormenorizada la caza en Extremadura y también algunos de sus principales retos, como el fortalecimiento del sector turístico en torno a la actividad y el relevo generacional necesario para evitar que decaiga por falta de cazadores.

Sobre el nicho de mercado abierto en este sector desde el punto de vista del turismo, se está trabajando hace varios años, desde la administración, la universidad y la Federación, potenciando que lleguen más turistas, «pero es cierto que existe un déficit de operadores en la región y falta generar la conexión entre los grandes profesionales de la caza y los grandes profesionales del turismo que hay en Extremadura», reconoce Manuel Gallardo, el director del estudio.

En cuanto al problema del relevo generacional en la actividad cinegética, que afecta a toda España; en el caso de Extremadura, el perfil de los cazadores es de un hombre de 25 a 40 años que caza por tradición familiar tanto en coto social como en coto privado, y tanto caza mayor como menor. Sin embargo (y ese es el dato de preocupa), el 41,9% de las personas que cazan tienen más de 40 años y solo un 17,3% tienen menos de 25 años. «Es evidente que se requiere un trabajo específico para asegurar el adecuado relevo», señaló Gallardo. En todo caso, Extremadura es de las pocas regiones que mantiene aún en datos positivos el número de licencias vigentes (el año pasado había 88.885, un 2,6% más que en 2016) si bien las expediciones no paran de caer: si en 2013 eran 60.876, el año pasado fueron 40.887. «Estamos trabajando directamente con la juventud con distintos programas, uno de ellos para dar a conocer la actividad deportiva de la caza en el medio rural en los niños en edad escolar con un magnífico resultado; y también con los adolescentes», recalcó el presidente de Fedexcaza, José María Gallardo. De hecho, en línea con eso, una de las propuestas de la Federación de cara a la modificación de la ley de caza en trámite es un descuento en la licencia para los menores de 25 años, que ha tenido buena acogida en la Administración, según afirmaron ayer.

recurso del mundo rural/ El informe incide en el hecho de que la actividad cinegética es además un recurso económico ligado al mundo rural de la región, en el que actualmente existen más de 200 empresas vinculadas directamente a este sector «con la consiguiente contribución a la fijación de población y al mantenimiento de la actividad en los núcleos rurales», señala el responsable del estudio.

De los 385 millones que se movieron en la temporada 2016-2017, más de 76 correspondieron a monterías, casi 70 millones fueron gastos de cazadores vinculados a la caza menor y otros 37 millones en el caso de la caza mayor. A esto hay que sumar además otros 6,95 millones en impuestos directos a la actividad cinegética (tasas de licencias, modalidades de caza y aprovechamientos cinegéticos).

El estudio aborda de forma pormenorizada además la situación de las capturas por especie y modalidad y pone de relieve con ellos que la caza mayor continúa en alza y la caza menor en declive. «Es urgente un plan para la caza menor porque la situación de algunas especies es preocupante», recalcó Manuel Gallardo. En el caso del conejo, por ejemplo, el volumen de ejemplares ha descendido un 63% en los últimos años por enfermedades, y es un animal esencial para especies protegidas como el águila imperial o el lince.