Una imagen de cuatro ovejas muertas a consecuencia del fuerte granizo caído con las últimas tormentas primaverales. La situaban en Badajoz. Corrió como la pólvora -dada por verídica- por las redes sociales. Pero lo cierto es que se trataba de una foto de Uruguay del año 2015.

Audios de una chica asustada asegurando que «la misma Guardia Civil» había confirmado que existía una seria amenaza de atentado terrorista en la feria de Zafra. Ocurrió el pasado año. La delegada del Gobierno de Extremadura tuvo que salir a desmentirlo.

El centro de salud de la localidad pacense de Castuera se colapsó de supuestos voluntarios porque justo después del fatídico accidente de tráfico en el que murieron cinco menores de un equipo de fútbol (en mayo de 2014) circuló el rumor de que urgían donantes de sangre. Pero no era verdad.

Fuera de la región, lo más reciente, esta misma semana, han sido informaciones (con imágenes) que confirmaban un brote de ébola en Palma de Mallorca; si bien es cierto que había muestras que se estaban analizando, ninguna dio positiva.

Y el último bulo que se ha hecho viral y ha vuelto a poner el foco en el fenómeno de las noticias falsas (las llamadas fake news) y sus consecuencias ha partido de Extremadura, concretamente de Cáceres. Fue a raíz de la broma de un usuario de Twitter, que lanzó un mensaje para decir que había una chica que había ganado las olimpiadas de física y química: «Pero como no es futbolista y no se dedica a los realities no verás la noticia en ningún medio de comunicación», rezaba el texto. La realidad es que la foto que lo acompañaba era de una actriz porno. No obstante, el mensaje logró en pocas horas más de 8.000 retuits, o lo que es lo mismo, una enorme difusión. Quienes le dieron credibilidad a este bulo tenían como objetivo denunciar esa injusticia tan frecuente de la invisibilidad de las mujeres que destacan en las ciencias, pero al tratarse de una broma el efecto conseguido fue muy diferente: frivolizar con este tipo de reivindicaciones y volver a evidenciar como en un mundo eclipsado por internet y las redes sociales, las noticias falsas vuelan y se cuelan como auténticas verdades. El joven cacereño que lanzó el tuit declaró días después a El Periódico Extremadura: «Lo hice como una gracia y sin mala intención. Nunca pensé en todo este impacto».

Ejemplos hay infinitos, pero ahora existen diversas plataformas que se dedican a alertar de estas mentiras que empezaron siendo bulos y se han acabado convirtiendo en noticias que incluso tienen sus propias webs que simulan ser sitios de información digitales.

LOS VIGILANTES / En la región también hay vigilantes, cazadores de fake news que colaboran con una amplia red nacional e internacional. Pertenecen a VOST Extremadura. «El objetivo fundamental de VOST es la lucha contra los bulos en situaciones de emergencia, pero también trabajamos ya con SOS Desaparecidos, Salud sin Bulos y SOS Work, por ejemplo. La clave es tener el apoyo de fuentes oficiales de la policía, bomberos...», explica Jesús López Santana (de 49 años y con amplia experiencia como portavoz de Cruz Roja), que conforma el equipo extremeño -con sede en Badajoz- junto a José Antonio Jiménez (de 54 años y bombero de profesión) y José María Pinilla (de 24 y graduado en Comunicación).

El modus operandi es simple: descubrir noticias falsas y usar los mismos canales por los que se distribuyen para desmentirlas. ¿Cómo se detectan? «Titulares muy llamativos o llenos de exclamaciones, un mensaje muy impactante, una URL (la dirección de la web) sospechosa, un formato y una fotografía extraña, no hay fuentes en la noticia...», explica López Santana. Y añade: «Por ejemplo, el típico titular de ‘Un hospital de Massachusetts encuentra un remedio contra el cáncer’. Nos lo tragamos y, con buena intención, lo difundimos. Pero nos tiene que llamar la atención que si es una noticia exclusiva o de interés general, lo lógico es que haya más medios de comunicación que la recojan, aunque sea en días posteriores».

Otro ejemplo que pone Santana son mensajes como: «Necesitamos donantes de médula ósea para una niña ingresada en el hospital de Valencia». «Las situaciones de emergencia son muy propensas a generar bulos. Hay que consultar siempre las fuentes oficiales».

Una vez detectadas, desde VOST Extremadura se envía la información a la red general. Igualmente, desde esa misma plataforma a ellos les llegan diariamente mensajes de alerta sobre las fake news que han sido descubiertas. El tráfico en ambas direcciones es continuo e intenso. Los bulos están a la orden del día.

MANIPULACIÓN POLÍTICA / Y no escapan de este fenómeno las noticias que pretenden -y con frecuencia consiguen- la manipulación política y social (como el supuesto sueldo que iban a cobrar los refugiados sirios). «La clave siempre es la misma: sospechar de titulares demasiado impactantes y averiguar de dónde viene esa información (si es un periódico digital real o, todo lo contrario, una URL extraña) antes de darla por válida».

«Es muy fácil enganchar y engañar con determinados mensajes, y el efecto que provocan las redes sociales (Facebook y Twitter principalmente) es, muchas veces, incontrolable, tanto para lo bueno como para lo malo», subraya López Santana.

A veces, incluso aunque la noticia se desmienta, cuesta que el lector deje de dar por verídico lo que ya había leído.