CCOO Extremadura adviertió ayer de que las medidas que se adopten para compensar los importantes daños ocasionados por las tormentas de la semana anterior en diversas zonas de la comunidad han de tener en cuenta la perdida de jornales de trabajo directo, que el sindicato estima en cerca de 250.000.

En un comunicado, este sindicato reclamó la presencia de los sindicatos representativos en el sector agrario en las reuniones que se produzcan para valorar con concreción los daños ocasionados y para decidir qué medidas urgentes se adoptaran para paliar la situación.

Así, consideró necesario declarar al ámbito geográfico afectado como zona catastrófica, para que se puedan aplicar todas las medidas de reparación de daños que esta declaración implica.

También exigió la puesta en marcha urgente de inversiones excepcionales y extraordinarias de los planes de Fomento del Empleo Agrario para paliar los efectos de la pérdida de empleo de los trabajadores agrarios y permitirles acceder a las prestaciones del Subsidio Agrario y la Renta Agraria. En esta línea, CCOO entiende que se debe establecer, con carácter excepcional, que los días trabajados en los planes de empleo agrarios se computen para acceder a la Renta Agraria.

Además, recalcó la necesidad de ampliar la cobertura de los seguros agrarios combinados a las pérdidas de empleo, porque muchas veces los asalariados agrícolas por cuenta ajena no disfrutan de las compensaciones que ofrece la administración a los productores.

El sindicato subrayó que hay que ser «muy conscientes» del perjuicio indirecto que el desastre en los cultivos supondrá en las contrataciones en la industria hortofrutícola y de conservas vegetales de la región, y la merma en las prestaciones por desempleo. Por ello, solicitó a las administraciones central y autonómica que escuchen esta vez también la voz de los trabajadores por cuenta ajena y a sus representantes, y no solo a los empresarios del sector y a las organizaciones agrarias. Incidió en que el daño producido por el pedrisco y las fuertes lluvias suponen «un fuerte quebranto» para la situación laboral y los ingresos de los trabajadores por cuenta ajena del campo, y que el trabajo que se pierde es, en muchos casos, «el sustento básico de sus familias y es muy complicado de compensar».