La cementera del Grupo Gallardo ha superado su último trámite al obtener la Autorización Ambiental Integrada (AAI) por parte de la Dirección General de Medio Ambiente. La autorización fue pedida por la empresa en agosto pasado y la decisión favorable se dio a conocer ayer.

La directora de Comunicación del Grupo Gallardo, Imelda Rodríguez, explicó que ahora corresponde al Ejecutivo regional rubricar el acta de puesta en marcha, que será enviada al Ministerio de Medio Ambiente.

El documento dará lugar a que el ministerio certifique la concesión de emisiones de dióxido de carbono con cargo a la reserva nacional de emisiones, y que autoriza a la cementera a emitir 800.000 toneladas anuales en los próximos tres años. Este periodo corresponde a la primera fase recogida en el plan nacional de asignaciones derivado de la aplicación en España del Protocolo de Kioto.

De este modo, y según confirmó Rodríguez, la empresa comenzará a producir para el mercado a mediados del próximo mes. En este momento, de hecho, la planta ya produce cemento, al estar en fase de pruebas de fucionamiento real.

Antes de que el producto salga al mercado, la entidad Aenor tendrá que homologar la calidad del cemento producido.

ESTUDIO DE CONTAMINACION La autorización ambiental integrada contempla que se producirán diariamente 3.500 toneladas de cemento. El documento apunta que los residuos peligrosos que se generen deben ser retirados por un gestor autorizado.

En cuanto a la contaminación atmosférica, se contempla como obligatoria la realización de un estudio sobre la calidad del aire, que debe abarcar al menos un radio de 20 kilómetros alrededor de la planta.

Finalmente, Medio Ambiente advierte de que la industria no podrá verter aguas residuales a ningún río o arroyo, y que debe contar con una depuradora para su reutilización. Igual tratamiento se dará al agua de lluvia, con el fin de evitar que arrastre partículas sólidas en suspensión.

En cuanto a las alegaciones presentadas contra la cementera, la AAI desestima las referidas a las aguas al sostener que no habrá vertidos de ningún tipo. Del mismo modo, se indica que las prevenciones respecto a contaminación atmosférica no son estimables porque se establecerán estaciones de control de la calidad del aire, y los combustibles utilizados provocan pocas emisiones. Por último, se descartan las alegaciones sobre impactos sobre la vegetación al señalar que las medidas correctoras ya se recogieron en la Declaración de Impacto Ambiental de hace cuatro años.

OCHO AÑOS Con la puesta en marcha de la planta culmina un proyecto empresarial que comenzó a gestarse hace ahora ocho años. Así, la sociedad Cementos Balboa se fundó en 1998, y fue el primer proyecto del industrial Alfonso Gallardo fuera del sector siderometalúrgico.

Un año después, la sociedad adquiría 28 hectáreas cerca de Alconera para construir la planta, de las que siete fueron cedidas al ayuntamiento de esa localidad. Ya en el bienio 2000-2001 arrancan los trámites previos al inicio de las obras de la industria, proceso que coincide con la mayor intensidad de las protestas ecologistas.

En el 2002 se inician las obras, que culminaron a finales del pasado año, mientras continuaban tramitándose los permisos.