La iniciativa empresarial extremeña, de la mano de Eco Energías del Guadiana, ha dado un gran paso en el terreno de las energías renovables al conseguir abrir ayer la primera de las tres plantas solares que el grupo ha proyectado en Extremadura. La novedad es que esta central fotovoltaica tiene un doble compromiso con el medio ambiente, dado que se ha construido sobre una antigua gravera de Pizarras de Villar del Rey, su propietaria, que previamente ha sido regenerada y tratada con tierra vegetal.

El estudio de impacto ambiental ha resultado positivo hasta el punto que 11 hectáreas de terreno estéril y de desechos alberga en la actualidad un parque de energía fotovoltaica con un potencia de 1,6 megavatios generados por 112 seguidores, que da para suministrar energía a 3.000 habitantes durante un año.

La planta presenta, precisamente, como principal innovación su ubicación sobre una escombrera de origen minero y perfectamente integrada con el entorno. Así lo destacó el consejero de Industria, Energía y Medio Ambiente, José Luis Navarro, que la inauguró y la puso y en marcha, y los distintos responsables de Eco Energías del Guadiana, como su presidente, José Luis Joló, y sus administradores Javier Joló y Andreas Hinkelmann. También forma parte del proyecto el empresario Julián Cuéllar, de Pizarras de Villar del Rey.

El parque lo forman 16 dehesas solares y 10.752 paneles con una potencia instalada de 110,25 kilovatios. Cada instalación la forman siete seguidores solares de dos ejes, cuya tecnología tiene un rendimiento comprobado en otras instalaciones durante siete años en Alemania.

Cada dehesa solar generará 207.000 kilovatios por hora, que en total alcanzarán 3,3 gigavatios por hora. La empresa estima que la producción de esta energía limpia evitara la emisión de 3.000 toneladas de dióxido de carbono (CO2) y otros gases nocivos a la atmósfera.

PANTALLA PERIMETRAL Una de las principales actuaciones en el parque, además de la instalación de tecnología, ha sido la ejecución de una pantalla perimetral de tierra vegetal que integra la escombrera en la orografía del terreno, con una altura de entre 2 y 5 metros; mitiga el impacto visual de la planta, ocultándola del ángulo de visión del observador, y actúa como barrera física de protección. Otro aspecto destacado por el consejo y por los promotores fue que se trata de un proyecto desarrollado íntegramente por empresas extremeñas, filosofía que la empresa quiere implementar apoyando a la industria regional. El proyecto ha supuesto una inversión cercana a los 17 millones de euros y, dada su relevancia, ha atraído capital regional y extranjero.

Joló recordó que ésta es la primera de tres plantas. Las otra se comenzarán a construir en Mérida, donde se hará un parque de 30 megavatios, el mayor del mundo, y otra en Cáceres, de 3.

También agradeció a la Junta su apuesta por las energías renovables y el apoyo dado a este proyecto, que hará que "mientras que la previsión en España es alcanzar el 20% de energía limpia en el 2020; aquí podrá alcanzarse en el 2010, y el 40% para el 2012", aseguró.

Navarro felicitó a los promotores del proyecto, por su iniciativa y por su compromiso con el medio ambiente. Y señaló que ya funcionan en Extremadura 25 plantas fotovoltaicas con más de 60 megavatios, aparte de otras menores, y que la previsión es que para final de año haya más de 200 megavatios instalados, el 25% de toda España.