Cetarsa había prometido un esfuerzo para que los afectados por el expediente de regulación de empleo (ERE) salieran en condiciones ventajosas. El resultado, tras dos meses de negociaciones, es que los empleados despedidos recibirán la máxima indemnización legal más una compensación. En concreto, 45 días por año trabajado, sin límite de anualidades. A esa cantidad se sumará un complemento económico equivalente a 15 días adicionales para los trabajadores fijos y de 20 para los fijos discontinuos. Para las prejubilaciones, a las que podrán acogerse aquellos que ya hayan cumplido los 54 años o que lo vayan a hacer a lo largo de este 2010, se estipula una prestación equivalente al 85% del salario bruto hasta alcanzar la jubilación.

La compañía y el comité intercentros llegaron el martes a un preacuerdo sobre las condiciones del plan de ajuste. En él se incluye el cese de actividad de la planta de fermentación de Coria y la baja mediante ERE de 110 trabajadores, diez menos de los inicialmente previstos. El preacuerdo fue aprobado ayer, por asentimiento y sin votos en contra, por las asambleas de trabajadores de cada centro productivo. Las partes han acordado reunirse el próximo jueves, día 24, para detallar este "acuerdo de mínimos", ratificar el plan de ajuste y redactar el plan social.

Según fuentes sindicales, de los 110 puestos de trabajo afectados por el ERE, 80 serán los fijos discontinuos de la planta de Coria. La mitad de ellos, al cumplir el requisito de la edad, podrán acogerse a las prejubilaciones. Los otros 40 saldrán de la empresa mediante bajas incentivadas en las condiciones ya mencionadas. Pero en este caso, Cetarsa abre la posibilidad de volver a contratarlos como trabajadores eventuales para los dos meses de la campaña de recogida de tabaco. Su destino más probable sería el resto de centros de transformación que la compañía mantiene operativos (Talayuela y Navalmoral) o los almacenes de Jaraíz y Jarandilla.

Los sindicatos también han logrado el compromiso de la empresa de garantizar el empleo durante al menos seis meses al año para los fijos discontinuos en plantilla.

BAJAS ABIERTAS A TODOS Respecto a los fijos, en principio estaba previsto prescindir de 40 empleados, todos de los departamentos técnico y administrativo. Sin embargo, la cifra se reduce finalmente a 30 con la posibilidad de que cualquier trabajador de la compañía pueda acogerse a prejubilaciones y bajas incentivadas (ya no tienen por qué ser técnicos y administrativos). Está previsto que a partir del día 24 se abra un plazo de dos semanas para que los interesados se acojan a estas medidas o a posibles traslados dentro de la empresa.

El preacuerdo también incluye una garantía de tres años, de forma que si Cetarsa presenta otro ERE en los próximo tres ejercicios, las condiciones económicas y laborales serán las mismas.