El presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), José Martínez, ha asegurado que aunque la situación de la cuenca en Extremadura es buena «no sería malo» que se iniciarán restricciones en las campañas de riego este año ante la incertidumbre sobre lo que pueda ocurrir en 2019.

En una entrevista con Efe, José Martínez ha indicado que pese a que ya van cuatro años de precipitaciones por debajo de la media, la situación del organismo es de todas formas «buena» en la comunidad autónoma extremeña.

Según Martínez, el volumen de agua embalsada en el conjunto de la cuenca garantiza que se atiendan en su totalidad los abastecimientos en la región.

«En Extremadura no se van a producir por ahora restricciones», ha afirmado el responsable de la CHG, que sí indica que se trasmite, sobre todo a los usuarios de regadío, que son quienes más volumen de agua consumen en una campaña, que «no sería malo que se restringiera en el caso de la de 2018, pues se puede llevar a cabo de forma normal con reducciones del 20%».

De este modo, este porcentaje quedaría en los embalses con vistas a 2019, año en el que «no se sabe lo que nos vamos a encontrar» y a expensas de como se comporte 2018 en cuanto a lluvias.

En cuanto al Plan de Sequía del Guadiana para afrontar esta circunstancia, José Martínez ha reconocido que «la experiencia es un grado» tras las medidas tomadas contra la sequía de 1995 o gracias a los resultados por los distintos programas instaurados desde el año 2007.

También se ha referido a la lucha de la Confederación Hidrográfica contra la plaga del camalote en el río y ha destacado las labores de retirada que se han llevado a cabo en los últimos meses, aunque ha reconocido que «como cualquier otra especie invasora será difícil eliminar la planta al cien por ciento».

PROCESO DE RETIRADA / Ha asegurado que aunque los trabajos se iniciaron tarde por el recurso planteado por la Asociación Española de Empresas de Parques y Jardines (ASEJA), las bajas temperaturas permiten extraer actualmente más masa de camalote de la que se regenera y se espera retirar la mayor parte antes de la llegada del calor.

Sin embargo, ha insistido en que «es muy difícil eliminar al cien por ciento» esta especie, como sucede respecto a las otras especies invasoras que afectan al ecosistema.

Como ejemplo de esta dificultad se ha referido al nenúfar mexicano y su incidencia en Badajoz, donde se buscan soluciones, aunque en este caso se enraíza en el fondo y, por tanto, para eliminarlo se deberían retirar todos los bulbos y raíces en el lecho».

José Martínez ha recordado que se intentó solucionar ensayando con el glifosato, «que aparentemente funcionaba», pero tras la polémica que se generó se decidió no utilizarlo y a día de hoy este sistema está descartado.