La investigadora de la Universidad de Extremadura (Uex) Cristina Lucía Sánchez López ha obtenido una de las Becas Manuel de Oya 2010, dotada con 18.000 euros y que le permitirá investigar los efectos del lúpulo de la cerveza sobre la función del sueño nocturno.

El Centro de Información Cerveza y Salud (CICS), una entidad de carácter científico dedicada al fomento del estudio de las propiedades nutricionales del consumo de cerveza en adultos sanos, hizo público ayer el nombre de las dos beneficiarias de las becas de este año. Junto a Cristina Lucía Sánchez, también ha sido agraciada Aída Rodríguez García, de la Universidad de Oviedo.

La investigadora extremeña, que es licenciada en biología, deberá realizar a lo largo de este año un análisis sobre los posibles efectos sedantes del lúpulo sobre los ritmos del sueño y la vigilia, no solo en la población humana, sino también en animales diurnos que tienen conductas de descanso similares a las de las personas. Según explican desde el CICS, el objetivo fundamental es constatar la acción de la cerveza a través de los componentes activos del lúpulo sobre la función del sueño nocturno. Para ello, se estudiarán los efectos de la cerveza sin alcohol en codornices; pero también se analizarán los resultados sobre un grupo de población sometida a altos niveles de estrés y alteraciones del sueño. En este caso, se ha seleccionado a profesionales de un parque de bomberos, que ingerirán cerveza sin alcohol durante la cena, y a personal sanitario, ya que realizan turnos de trabajo de 24 horas seguidas.

La investigación de Cristina Lucía Sánchez, que ya ha participado en diferentes estudios sobre las proteínas de la leche materna y la nutrición de los lactantes, estará dirigida por el profesor titular interino de Fisiología de la Facultad de Ciencias de la Uex Javier Cubero Juánez.

Trabajos recientes realizadas por la institución educativa extremeña, como el llevado a cabo por el Grupo de Enfermedades Metabólicas Oseas, han constatado que la ingesta moderada de cerveza reduce el riesgo de sufrir osteoporosis, ya que esta bebida contiene vitaminas, fitoestrógenos, ácido fólico y silicio que benefician la estructura de los huesos. No obstante, también subrayan que un exceso en el consumo es perjudicial para el sistema óseo. Otros trabajos la relacionan --sobre todo cuando se trata de cerveza sin alcohol-- con la lucha contra el alzheimer y otras enfermedades degenerativas y con la mejora de la rehidratación tras el ejercicio físico.

EFECTO ANTITUMORAL Por su parte, la otra beneficiaria de la beca, Aida Rodríguez, estudiará el papel antitumoral de determinados componentes de la cerveza en la prevención del cáncer de próstata. Para ello utilizará un proceso que elimina el agua desecando al vacío y a temperaturas muy bajas cerveza rubia, negra y sin alcohol, con el objetivo de probarlas como estimuladores de la acción tóxica de agentes quimioterapéuticos en células tumorales de próstata. Asimismo, se comprobará su efecto preventivo del daño colateral derivado de la toxicidad de determinados agentes en las células normales de la próstata humana. Este trabajo se realizará en células epiteliales tumorales y normales humanas, así como en animales de experimentación.