Cientos de extremeños llegados de toda la región participaron ayer en Guadalupe en una peregrinación organizada por las tres diócesis extremeñas. Los actos, que comenzaron a las 11 de la mañana, se desarrollaron en la basílica del monasterio, pero pudieron seguirse también desde el auditorio y el claustro mudéjar, donde se instalaron pantallas.

El administrador diocesano de Plasencia, Francisco Rico, dirigió la oración de apertura en la que explicó el sentido de peregrinar como «salir de uno mismo, no solamente trasladarse». La misa fue presidida por el arzobispo de Mérida-Badajoz, Monseñor Celso Morga, que en su homilía estableció un diálogo con la patrona extremeña en el que le presentó a la Virgen Morena a todos los sectores de la sociedad, pidiendo su protección, abundando en los que no tienen trabajo, no encuentran sentido a la vida o los enfermos. La eucaristía fue cantada por la escolanía Pueri angelorum, de Campanario.

Los peregrinos se repartieron por Guadalupe para compartir la comida antes de acudir de nuevo a la basílica, que se llenó de velas encendidas para la oración de despedida, dirigida por el obispo de Coria-Cáceres, Monseñor Francisco Cerro. Se trataba de la tercera peregrinación interdiocesana, ya que previamente se realizó una de jóvenes y otra de sacerdotes. La celebrada ayer estaba prevista para el mes de junio, pero tras conocerse que habría elecciones al día siguiente de la fecha prevista, se pospuso.