Jueves Santo con doloroso final en Mérida, donde la lluvia aguó la mitad de los actos centrales de la celebración religiosa. A las cerca de 300 personas que participaron de madrugada en el tradicional Vía Crucis del Anfiteatro se sumaron otras tantas que a lo largo de la tarde de ayer salieron a la calle para arropar los nueve pasos de las cinco hermandades que procesionaban, de las que solo dos habían podido salir a la calle al cierre de esta edición. Las comitivas La Paz y el Cristo de la Vera Cruz se vieron sorprendidas por la lluvia mientras Jesús Nazareno y la Cofradía Ferroviaria se quedaron finalmente en la Basílica de Santa Eulalia, según la Policía Local.

La única de las procesiones que completó el recorrido pese a la lluvia fue la del Prendimiento de Jesús y Nuestra Señora de la Paz, que incluso inició el desfile con la luz del sol. También salió la Franciscana Hermandad del Cristo de la Vera Cruz y María Santísima de Nazaret, que sorprendida por la lluvia, decidió acortar el recorrido y terminar horas antes de lo previsto en la Concatedral de Santa María. Asimismo, el tiempo permitió celebrar entre el miedo y la gran expectación la procesión de madrugada y el Vía Crucis en el Anfiteatro, donde los nazarenos destacaron una vez más por su su voto de silencio y recogimiento.

Tras retrasar la salida más de media hora, al cierre de esta edición no habían llegado a procesionar las hermandades de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santísimo Cristo de Los Remedios y Nuestra Señora del Mayor Dolor, así como la Cofradía Ferroviaria del Descendimiento. Los Nazarenos del Santísimo Cristo del Calvario, cuya procesión tenía previsto arrancar a la una de la madrugada, miraban al cielo.