Naturaleza, caza, setas, deporte de aventura... todo ello enmarcado en un proyecto de mejora medioambiental. Estas son las claves de la iniciativa de la Junta y La Caixa para convertir la reserva del embalse del Cíjara en uno de los nuevos motores del ecoturismo en Extremadura. Cíjara viva, Cíjara activa y Cíjara aventura son los nombres de las tres actuaciones que ayer presentaron la consejera de Cultura, Leonor Flores, y el director general de Medio Ambiente, Guillermo Crespo.

La primera de ellas se desarrollará en Las boyerizas , en el término de Helechosa, y consiste en la rehabilitación de las edificaciones forestales y la creación de cuatro alojamientos rurales con una capacidad para 18 personas. Las obras, que se encuentran ejecutadas en un 95%, disponen de una partida de 368.329 euros e incluyen la construcción de un circuito para bicicletas todo terreno.

Cíjara viva se ubicará en el paraje Casa Cíjara , en los términos de Herrera del Duque y Fuenlabrada de los Montes, y contará con tres apartamentos de 29 plazas y un espacio para el aprovechamiento lúdico y la observación de especies cinegéticas. Los apartamentos, con una partida de 814.612 euros, comenzarán a funcionar en mayo de 2010.

Por último, Cíjara activa supondrá la puesta en marcha de un Observatorio de la Berrea, un centro de recepción de visitantes, una cafetería y un restaurante en el paraje Los Robledillos , junto a los alojamientos rurales en Los cerrillos . El proyecto, que se ubicará en los términos de Helechosa y Herrera del Duque, dispone de una partida de 1,6 millones de euros y finalizará sus obras en octubre de 2010.

Tanto Guillermo Crespo como el técnico de la Consejería de Cultura y Turismo, Fernando Babiano, destacó las posibilidades turísticas del embalse, compuesto por un extenso humedal que recibe en Extremadura las aguas del Guadiana. Se caracteriza, dijo, por la calidad de sus aguas y por presentar áreas de nidificación del águila imperial, el halcón peregrino y el búho real.

El Cíjara presenta formaciones vegetales "muy singulares", como los quejígares, los robles, los castaños, los arces de Montpelier y los acebos, así como manchas de bosque mediterráneo "muy bien conservadas", apuntó.