Pocos datos trascienden de la investigación del caso de la niña madrileña de 14 años supuestamente retenida contra su voluntad y obligada a prostituirse en una casa de Arroyo de San Serván. Tan solo que la juez del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 1 de Montijo, encargado del caso, ha decretado el ingreso en prisión de cinco de los siete detenidos de nacionalidad rumana que se encontraban en el calabozo de Badajoz. Así lo confirmaron ayer fuentes de la Delegación del Gobierno, que no especificaron si la juez estableció fianza o no.

Después del suicidio de un exedil de Izquierda Unida, son 11 los implicados en este caso. Siete de ellos, de nacionalidad rumana, están acusados de un delito de retención ilegal y los otros cuatro, extremeños, de explotar sexualmente a la menor, al haber mantenido relaciones sexuales con ella a cambio de dinero supuestamente sin su consentimiento. Entre ellos el juez de paz arroyano. En total, de los 11, hay cinco personas en prisión, de nacionalidad rumana y seis en libertad, dos rumanos y cuatro extremeños.

Según informó el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura, la juez de Montijo ha decretado "expresamente" el secreto de sumario, por lo que no trascenderán nuevos datos de la investigación hasta que esta decida hacerla pública.

EN UNA CABAÑA Según han declarado varios vecinos del pueblo, la niña de 14 años estaba retenida en el número 71 de la calle La Sierra, pero no era ahí donde mantenía relaciones con los vecinos del pueblo, sino en una cabaña abandonada a las afueras del pueblo, en plena sierra y junto a un basurero. "Solo la sacaban de noche para llevarla a una cabaña abandonada donde los trabajadores del campo se refugian cuando llueve", decía una vecina de la calle La Sierra que afirmaba no haberla visto nunca, como la mayoría de los vecinos del pueblo.

Casi todos sabían que en la casa donde la joven estuvo malviviendo "en condiciones propias del tercer mundo" más chicas rumanas ofrecían sus servicios sexuales a los hombres del pueblo, pero no sabían que Elena estaba era menor de edad y estaba ahí contra su voluntad. La mayoría de los implicados "son hombres mayores, solterones", excepto el juez de paz que aunque no es joven, sí estaba casado. Su implicación es una de las que más ha sorprendido a los vecinos, que todavía no se explican cómo esto ha ocurrido en Arroyo.