El hecho es conocido. Durante el dominio talibán en Afganistán, sus dirigentes decidieron explotar (en 2001) en el enclave de Bamiyán, en el centro del país, docenas de estatuas que representaban a Buda y fueron consideraban contrarias al Islam. Estas piezas de gran tamaño excavadas en la piedra de una pared montañosa eran consideradas Patrimonio de la Humanidad. Sobre este hecho descansa ´Buda explotó por vergüenza´, una de las películas de la ´rentré´ cinematográfica de la Filmoteca de Extremadura. El filme forma parte del ciclo Otras miradas y está dirigido por la iraní Hana Makhmalbaf. Una de las sorpresas de la película es la propia directora, que durante el rodaje tenía 19 años, pero una madurez proveniente de su contacto con el mundo del cine desde pequeña. Centrada en una niña de seis años, la película relata con simplicidad la historia de esta menor que se ve acosada por niños que juegan de forma cruel. A lo largo de la película, los menores reproducen las formas de violencia que han visto a su alrededor: la de los propios talibanes (mediante la lapidación), la de los americanos (disparando). El filme, que está interpretado por actores no profesionales, recibió el Premio del Jurado del Festival de San Sebastián del pasado año.