Mongolia es un espacio incógnito que ocupa el 12% del territorio chino (más o menos como España y Francia juntas). Y como ocurre con otros países, su cine es casi inexistente. De manera que cuando surge una película, los ´cazadores´ internacionales caen sobre ella y suelen llevarla a los festivales. Y allí la premian. Con ´La boda de Tuya´ ocurrió exactamente esto. Su caso es similar al de ´Cuatro meses, tres semanas, dos días´, el filme rumano más premiado de los últimos meses. El filme mongol de Wang Quan ganó el Oso de Oro de Berlín el pasado año por su visión de un mundo en trance de desaparición. En un paisaje poblado por pastores nómadas y amenazado por la industrialización apoyada por el gobierno chino, vive una mujer, Tuya, con dos hijos. Ella debe encargarse de todo en su vida y en la de su familia, ya que su marido está inválido a causa de un accidente. El exceso de trabajo mina la salud de la mujer y su marido le propone divorciarse para que encuentre un hombre capaz de asumir las tareas familiares. Pero solo elegirá a quien acepte la poliandria.