Darren Aronofsky debutó en el cine con un ´thriller´ matemático en blanco y negro, ´Pi´, una extraña historia sobre un investigador que cree que existe un sistema numérico capaz de prever y controlar todo cuanto sucede en él. Su segunda obra fue ´Réquiem por un sueño´, que contribuyó al prestigio de su director. La inclinación por la obsesión, la marginalidad y la histeria de sus personajes (aquí, una madre obsesionada por la fama y un hijo drogadicto) se acentuó en esta película, que exhibe el domingo el Centro de Ocio Contemporáneo de Badajoz.