Los cines ya no cumplen únicamente funciones de diversión y entretenimiento, sino que ahora se arrogan una nueva tarea: detectar a los espectadores que intenten grabar las proyecciones para luego difundirlas por internet.

Extremadura presume de ser una de las pocas regiones españolas en las que aún no ha desembarcado el lucrativo submundo de las grabaciones ilegales. En la comunidad extremeña, la grabación ilegal directa desde una sala de proyección es una idea un tanto utópica, pues según Miguel Angel Caballero, responsable de Multicines Cáceres, "en mis 12 años de servicio de este cine he visto de todo, pero a ninguna persona grabar las películas".

Así mismo, considera que "aunque no hayamos tenido ningún caso de piratería, creo que es un problema grave y muy difícil de erradicar. La solución tiene que venir de arriba, de los sectores audiovisuales". Lo mismo opinan los responsables del Cine Alkázar de Plasencia, quienes además añaden que han tenido "bastantes pérdidas a causa de esta práctica ilegal".

En ciudades como Madrid o Barcelona este mercado negro se da con tal intensidad que se han visto obligados a contratar personal dedicado específicamente a "cazar piratas". Según un trabajador del Cine La Dehesa de Cáceres, no contrarían a nadie "extra" que vigilase las salas, sino que "nos conformaríamos con la seguridad del centro comercia".

PRECIO DE LA ENTRADA En ocasiones se achaca el incremento de la piratería al precio, para algunos, "abusivo" de los cines. Sin embargo, en Extremadura, el coste de las entradas no supera todavía los 6,70 euros de las salas de madrileñas.

La mayor parte de los responsables de las salas extremeñas no consideran que el precio suponga impedimento para los cinéfilos, puesto que "quien busca la calidad en imagen y sonido está dispuesto a pagarlo", como afirma un empleado de los Multicines Victoria de Almendralejo.

PRODUCTORAS EXTREMEÑAS El caso de las productoras de cine es diferente. La mayoría afirma que la piratería no les supone un grave problema, puesto que parte del dinero que recaudan procede de la producción comercial de los productos relacionados con las películas (como camisetas o gorras).

En cuanto al visionado de las películas piratas, Iñigo Silva, productor de Extra, Extremadura de audiovisuales, no cree "que la gente se dedique a ir al cine a grabarlas porque la calidad de las películas de ahora es muy buena y sería imposible obtener este tipo de calidad grabando directamente en las salas de cine". Y debido a esta buena calidad, considera y conoce, como profesional del sector, que "son las productoras las que cuelgan en internet sus propios productos porque es una forma de promocionarse que de otra forma no se podría conseguir. Así aumenta el número de productos comerciales que son imposibles de falsificar y a través de los cuales se obtienen las verdaderas ganancias".