¿Retraso?, ¿confusión?, ¿coincidencia? Antonio Mancera García recibió el miércoles en su domicilio de Villafranca una citación del Centro de Especialidades de Almendralejo para ser atendido en la consulta de otorrinolaringología. El problema es que Antonio murió hace cinco años y la cita llegaba con seis años de retraso.

Toda esta historia provocó la indignación de su viuda, Antonia Guerrero, quien denunciaba que la cita había llegado con un "cierto retraso" que pudo influir en la muerte de su marido. Por su parte, desde el Servicio Extremeño de Salud (SES), achacaron ayer todo lo ocurrido a un error y aseguraron que el paciente que debía haber recibido esa cita tiene el mismo nombre, apellidos y residencia que el fallecido.

Hace seis años Antonio fue atendido en el centro de Atención Primaria de Villafranca de los Barros, en donde reside la familia del fallecido. Antonio padecía un fuerte dolor de oído, por lo que se solicitó una cita para que le viera un especialista. Unos meses después, sin haber recibido la citación, los médicos le diagnosticaron un tumor cerebral que fue el que le causó la muerte.

Pero la cita para ser atendido en el Centro de Especialidades de Almendralejo llegó seis años después de que se solicitara, justo en el mes en el que se cumplen los cinco años de su fallecimiento.

Críticas y coincidencias

Tras recibir la carta confirmando la cita, Antonia se mostró indignada con el Servicio Extremeño de Salud, al que acusó de mal funcionamiento, por lo que decidió contar su caso a los medios de comunicación. Aseguraba que ella ya no podía hacer nada para que le devolvieran a su marido, pero al menos quería que se conociera públicamente el caso para que no volviera a repetirse en el futuro.

Además, Antonia incidía en que existían más errores por parte del SES, ya que en la cita para la consulta aparecen dos fechas y dos horarios distintos --se le pide al paciente que acuda al centro el 28 de abril a las once de la mañana y el 7 de mayo a las 10.30 de la mañana--.

Al conocer la noticia, el director gerente del Area de Salud de Mérida presentó sus excusas ante la familia del fallecido, a la que aseguró que, una vez comprobados los hechos, se había detectado que tan sólo se trataba de una confusión debida a la similitud de nombre y apellidos de los dos pacientes.

Hasta el domicilio de la viuda se trasladaron ayer su médico de cabecera y el director del Centro de Salud de Villafranca, quienes explicaron personalmente a Antonia lo ocurrido. Efectivamente, había dos personas que se llamaban igual en Villafranca.

Más tarde, Antonia pudo comprobar que la misma cita había llegado el mismo día a los dos domicilios.