Desde que Gas Extremadura comenzó a distribuir y comercializar esta energía en la región en 1998 la cartera de clientes no ha parado de aumentar, y hoy son ya 25.395 hogares y empresas los que se alimentan de esta fuente. Las previsiones de la compañía, que acaba de experimentar un corrimiento fuerzas dentro de su accionariado, apuntan a 6.500 nuevas altas en 2003. "La demanda de gas natural ha sido creciente desde el inicio de la actividad de distribución. El incremento del gas vehiculado en el año 2002 con respecto al año anterior es un 18,34% en el sector industrial y de un 58,68% en el sector doméstico comercial", indica la compañía.

El gas circula en Extremadura a través de dos grandes arterias: el gasoducto que, procedente de Argelia, atraviesa el Estrecho de Gibraltar y cruza la provincia de Badajoz de este a oeste procedente de Córdoba; y el conducto norte-sur que une Almendralejo y Oviedo. El gas es transportado desde los yacimientos mediante gasoductos que conectan éstos con los puntos de consumo o bien haciendo una parte del trayecto en barcos, por lo que el material ha de ser licuado y regasificado de nuevo en los puertos.

300 KILOMETROS DE RED

Alrededor de estas dos arterias principales se ha tejido una red de canalizaciones menores de casi 300 kilómetros para llevar el gas natural hasta Cáceres, Plasencia, Coria, Navalmoral de la Mata, Badajoz, Almendralejo, Don Benito, Villanueva de la Serena, Villafranca de los Barros, Zafra, Jerez de los Caballeros y Olivenza. Las principales aplicaciones del gas natural son para las cocinas, la producción de agua caliente y las calefacciones de los hogares, así como para abastecimiento de procesos productivos en las empresas.

El gas natural se vende como una energía limpia, cómoda, más barata, ecológica y segura. Se trata de la fuente energética del siglo XXI y prueba de ello es el interés que las grandes compañías eléctricas europeas por iniciarse en la distribución de gas. El ejemplo más fehaciente de esta estrategia empresarial ha sido la fracasada oferta pública de adquisición (OPA) lanzada por Gas Natural, el primer distribuidor de gas del país, sobre Iberdrola, la segunda compañía eléctrica española.

El objetivo era la creación de un gran grupo gasista-eléctrico, a imagen y semejanza de las principales compañías europeas. El gas es también la fuente de la que se abastecen las centrales de ciclo combinado, el tipo de planta de generación que más se está construyendo en la actualidad.