Amparo es una de esas pensionistas que tiene que ayudar a sus hijos parados aunque apenas tiene para ella. Cobra 524 euros al mes. Durante 24 años de su vida ha trabajado en el Corte Inglés y otros seis ha estado dedicada a fregar escaleras con el único objetivo de sacar a sus cinco hijos adelante. Actualmente tres de ellos están desempleados y "alguno ya no tiene ni paro", lamenta. Ante esta situación la ayuda de Amparo, viuda, es esencial, aunque escasa. "No da para mucho, pero hay que tirar del carro como sea". ¿Cómo lo hace? "Pues echando muchas cuentas y mirando todo hasta el último céntimo. Hay veces que no sé ni donde voy a llegar", afirma. Lamenta una subida de precios generalizada, pero especialmente critica el copago farmacéutico y el pago de medicamentos que antes estaban en el catálogo de la Seguridad Social y ahora se han quedado fuera. "Antes pagaba dos euros por unas pastillas que necesito, ahora la caja cuesta 19 euros. Es una vergüenza porque cada mes me dejo en la farmacia 60 euros. Soy diabética y la mitad de la insulina tengo ahora que pagarla con una mínima pensión que no subirá nada el próximo año".