Los ingresos tributarios cayeron en Extremadura casi un 10% en el primer cuatrimestre del año, según datos hechos públicos ayer por el sindicato de técnicos de Hacienda (Gestha). El aumento de las solicitudes de aplazamiento de los pagos fiscales por parte de los contribuyentes, unido a la desaceleración de la actividad económica propia de la coyuntura de crisis actual, motivaron que la recaudación descendiera en 52,8 millones de euros, de los que casi 30 millones correspondieron a la provincia de Badajoz y más de 23 a la de Cáceres.

Este dato representa en Badajoz un retroceso del 8% con respecto al mismo periodo del año anterior. En concreto, la recaudación tributaria se situó en esta provincia en 343,1 millones de euros, frente a los 372,5 registrados en idéntico espacio de tiempo del 2008. En el caso de la cacereña, la recaudación alcanzó los 147,4 millones de euros, frente a los 170,7 contabilizados hasta abril del pasado ejercicio (23 millones de euros menos y un descenso del 13,6%).

Por tipo de tributo, los ingresos relativos al IVA descendieron en Extremadura en 39,2 millones, lo que supuso una caída del 12,6% en comparación al primer cuatrimestre del 2008, mientras que los provenientes del IRPF, que recogen los pagos fraccionados ingresados por los autónomos y las cantidades retenidas por las empresas a sus empleados, cayeron en 14,1 millones, que representan un 7,22% de descenso.

A nivel nacional, conforme a los datos de Gestha, en los cuatro primeros meses del año la recaudación tributaria se situó en 58.409 millones de euros, por los 69.560 del ejercicio precedente, lo que supone una caída de más 11.000 millones de euros "equivalentes al 1% del Producto Interior Bruto (PIB) español", se asegura desde este sindicato.

Así las cosas, este colectivo destaca que la recaudación en concepto de IVA, "que representa un indicador fiel del dinamismo del consumo de las economías domésticas y de la actividad de la empresas", experimentó un retroceso del 33,7% en este periodo, hasta situarse en 17.948 millones de euros. A juicio de estos expertos, esto "es sintomático de la fuerte desaceleración de la demanda de bienes y servicios por parte de particulares y corporaciones".