La Policía Nacional continúa investigando el origen y destino de la cocaína encontrada el sábado oculta en una partida de plátanos que había sido repartida por varios supermercados de la cadena Lidl de la Comunidad de Madrid y las ciudades extremeñas de Cáceres y Plasencia. Según fuentes próximas al caso, la droga, que había sido envuelta en varios paquetes, estaba camuflada bajo la fruta.

De esta forma los investigadores insisten en descartar que la cocaína haya podido entrar en contacto con los plátanos. Y, como avanzó ayer este diario, subrayan que las partidas no llegaron a ponerse a la venta al público, sino que se retiraron cuando todavía no habían salido del almacen. De hecho, la operación se desencadenó después de que un empleado de un supermercado Lidl en Madrid encontrase un paquete de droga al volcar una caja de plátanos macho. Los responsables del establecimiento avisaron a la Policía Nacional, que tras cerciorarse de la existencia de más bloques y comprobar que la sustancia era cocaína, ordenaron inmovilizar todas las cajas correspondientes a esa partida.

Hasta el momento se han encontrado paquetes de cocaína en cajas de plátanos procedentes de Sudamérica que se habían distribuido, desde Mercamadrid, a tiendas Lidl de Madrid, Cáceres y Plasencia. Aunque en un primer momento se manejó que el alijo podría alcanzar los 800 kilos, de momento sólo se han verificado cerca de 100 --17 de ellos en los supermercados de Extremadura--. No obstante, la operación continúa abierta. Y no solo para determinar cómo ha llegado la droga a estos establecimientos, de dónde procede exactamente y cuál era su destino. Los investigadores todavía no descartan encontrar nuevas partidas en otras tiendas.

LIDL NO ESTA IMPLICADO Estas fuentes además insisten en que, tras analizar los primeros resultados de las pesquisas, se ha descartado que la cadena de supermercados Lidl tenga relación alguna con la llegada y distribución de este cargamento de cocaína. En este sentido, la hipotesis principal continúa siendo la de un error de la banda encargada de la distribución de la droga. Así, se sostiene la idea de que a ésta no le habría dado tiempo a retirar la cocaína que habían ocultado entre las cajas de plátanos antes de que los contendedores de fruta llegasen a Mercamadrid y desde ahí, a través de la central del Lidl en Madrid, las cajas fueron repartidas por establecimientos de la capital de España y la provincia de Cáceres.