"De disparate" a "decisión arriesgada". Las organizaciones profesionales agrarias no han recibido con calificativos demasiado benignos la creación del nuevo Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marítimo. La titular de este nuevo macrodepartamento , la anterior ministra de Agricultura, Elena Espinosa, se ha apresurado a asegurar que la fusión de ambas responsabilidades no va a suponer la discriminación "absolutamente de nadie". "No podemos entrar en una polémica que nunca ha existido. Estamos hablando de un Gobierno que con anterioridad tenía dos ministerios, pero con políticas que han confluido", manifestó este lunes nada más tomar posesión del nuevo cargo.

Sin embargo, esta declaración de intenciones no parece haber mitigado los recelos del sector agrario --ni tampoco los de algunos colectivos ecologistas-- que temen que la unión de estas dos carteras relegue a un segundo plano las cuestiones agrícolas. Algo que sería especialmente preocupante en un momento en el que es preciso afrontar retos como la crisis ganadera, la subida del precio de los alimentos, la aplicación de la nueva OCM del vino, o la puesta en marcha de la ley de desarrollo rural.

Acertada o no, es innegable la trascendencia que esta decisión tendrá para Extremadura, una región en la que la producción agroganadera representa un 8,2% de todo el PIB, la proporción más alta del país.

Para la Junta de Extremadura, el cambio será a mejor. Ayer, en un comunicado de prensa, el Gobierno autonómico se mostró convencido de que el nuevo ministerio es un acierto porque "gana en capacidad y en poder, ya que pasa a tener dos secretarías de Estado, una de ellas dedicada al mundo agrario y rural, que en la pasada legislatura no existían". A juicio del Ejecutivo regional, el único argumento que están dando quienes critican la puesta en marcha de este departamento "es puramente semántico".

Justo lo contrario de lo que opina el PP extremeño. El portavoz de Agricultura de los populares, Diego Sánchez Duque, indicó ayer que la, la supresión de este ministerio como tal "no es una buena noticia" para una región, como la extremeña, en la que la agricultura tiene un gran peso, ya que es "una muestra clara" de que se rebaja su importancia.