Goya el pasado año al mejor corto animado por ´El viaje de Said´, imparte durante dos días un taller de animación en plastilina en el Festival Envídeo de Cáceres

Una vez que dominó la técnica para moldear plastilina en trabajos como La telespectadora o Se abre el telón (serie de 26 capítulos para plus.es), Coke Riobóo pudo enfrentarse a un proyecto que albergaba hacía años, El viaje de Said . Basándose en él, enseña durante dos días las posibilidades de esta técnica a la vez que ejerce como jurado del Festival Envídeo de Cáceres.

--Cuando avasallan los dibujos animados por ordenador, usted usa plastilina.

--Es el medio que manejo. Estoy peleado con los ordenadores. Soy músico, pero hace unos seis años hice en casa las primeras pruebas con plastilina y lo que empezó como un juego se convirtió en dedicación. Trabajando en ello es como jugar a ser Dios.

-- El viaje de Said mira a la inmigración.

--Es una historia trágica a la que le he dado un aire de cuento y es también un homenaje a marroquís que conocí hace años, cuando recogimos en la playa de Cádiz a un niño que había viajado en patera. He mantenido relación con él y con su familia en Marruecos, adonde voy de vez en cuando. Conocer a esas gentes ha moldeado mi personalidad. Occidente se cree el ombligo del mundo, pero ellos tienen unos valores más hondos, menos egoístas que los nuestros.

--¿Si Occidente no es el paraíso, por qué siguen viniendo desde Africa?

--"Aquí ya estamos muertos", dicen ellos. Así que quieren jugar a esa lotería. Les merece la pena el viaje aunque de cien que lo intenten solo uno gane.

--¿Cuántas horas se necesitan para rodar diez minutos de película?

--Este corto lo hicimos a razón de un minuto por mes.

--¿Quiénes son sus maestros?

--Técnicamente he aprendido de realizadores españoles como Pablo Llorens. Pero influirme no me influye nadie, porque ninguna animación me llega a lo que yo quiero contar. Me gustan Tim Burton o los personajes Wallace y Gromit. De todos ellos he aprendido lo que sé.

--La animación de Hollywood reina en todo el mundo.

--La miro con curiosidad; pero me resbalan sus historias. El cine americano, salvo excepciones, no me interesa en absoluto. Es banal, absurdo, lleno de clichés.

--¿No se imagina trabajando en grupo para la tercera entrega de Toy story 3 ?

--No. Yo me considero un artesano, un contador de historias y mi estilo es personal. No creo que se amoldara a las exigencias de un estudio. Aunque tengo ganas de que me hagan encargos publicitarios. Así podré desarrollar luego mis proyectos.

--Entre sus proyectos, prepara algo sobre Palestina.

--Sí. Quiero hacer animación con contenido social, político. Pero aún no he encontrado un guión adecuado. Me interesa la cuestión de Palestina, pero tendría que ir allí un tiempo para conocer sobre el terreno los hechos y tener algo sobre lo que escribir. No querría hacer un panfleto.