El conflicto laboral en el que está sumida la empresa pública Gpex se complica. Los miembros del Comité de Empresa se manifestaron ayer ante la sede de la entidad en Mérida para protestar por el cierre de las negociaciones para evitar el despido de cerca de 800 trabajadores y por la política de "regeneración" que según denuncian los representantes de los empleados, quiere llevar a cabo la empresa. "Pretenden despedir a unas personas para contratar a otras distintas", señala la presidenta del Comité de Empresa, Sonia García Baños. Esta explica además que el lunes por la tarde habrá una nueva movilización en la que participarán los trabajadores y que han enviado una carta a Gpex donde se insta a comenzar el lunes las negociaciones nuevamente. De no producirse la reunión, Baños no descarta encierros en las instalaciones de la empresa en el centro de la capital autonómica.

Portando una pancarta en la que podía leerse 'Por la negociación para el empleo y la estabilidad', los miembros del comité de empresa, unas 20 personas, acudieron a la Plaza de España de Mérida. Allí, Baños declaró que "no saben" por qué la empresa se ha negado a negociar y que los empleados no estaban convocados a la manifestación por miedo a que sea un agravante para perder su trabajo. Algunos de los 727 trabajadores que aún no tienen asegurado su futuro en Gpex han comenzado a recibir sus cartas de despido cuando asegura, la intención de la empresa es sustituirles por otras personas.

En las negociaciones que pretenden iniciar el lunes con la empresa, instarán a Gpex a que establezca criterios objetivos sobre el mantenimiento del empleo y que estos sean los mismos para todos los trabajadores. También que las nuevas encomiendas que puedan firmarse por parte de la entidad sean cubiertas por personal que actualmente esté trabajando en Gpex, que se regulen los contratos por obra y servicio encadenados que según los empleados están en fraude de ley y que se limiten los contratos de alta dirección. De no acceder Gpex a mantener el lunes esta reunión, Baños no descarta que el comité de empresa llegue a encerrarse en las instalaciones del centro de Mérida.