Las minas extremeñas de uranio comenzaron su declive en los años 70 tras localizarse en otros puntos del planeta yacimientos con mayores concentraciones y, por tanto, más rentables. Diversos estudios apuntan que la presencia de compuestos del uranio en la región llegaba a ser hasta cinco veces menor que en las mejores minas del mundo. Hoy empresas como Mawson Resources sostienen que la presencia de uranio en el entorno de Los Ratones (Albalá) o Cabra Baja (Zahínos), a tenor de sus primeras estimaciones, puede ser superior a lo que se pensaba. En el caso de la mina de Cabra Baja, desde la compañía aseguran que presenta un perfil mineralógico único que le convierte en el yacimiento con mayor potencial de uranio de España. También en el entorno de Albalá la compañía defiende que existen indicios de que hay una alta presencia de este mineral.

Junto a Los Ratones y Cabra Baja, durante el siglo pasado también destacaron otros yacimientos de uranio como el de Zafrilla (Casar de Cáceres), Valderrascón y Pedro Negro (Alburquerque), Estorninos (Cáceres), Lobo (Don Benito) y Castillejo (Alonso Ojeda).