El presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de España (Ucide), Riay Tatari, criticó ayer que todavía no se imparta clase de religión islámica en Extremadura, donde, según asegura, 2.981 alumnos profesan esta creencia. Tatari, que no pudo precisar cuántos estudiantes habrían solicitado esta asignatura en la región considera que muchos centros educativos extremeños reúnen las condiciones establecidas para ofrecerla.

"La principal exigencia es que al menos diez escolares la demanden y muchos colegios o institutos extremeños superan esa cifra", explica el responsable de la Ucide que, además, dice tener constancia de que en las escuelas de municipios como Talayuela, Navalmoral de la Mata o Badajoz, la nueva materia ya ha sido requerida. Sin embargo, la organización islámica no conoce la cifra total de peticiones en la región, al no serle facilitada por la Consejería de Educación.

En este sentido, Tatari señala que su intención es entrevistarse directamente con la consejera extremeña, Eva María Pérez, "ya que la correspondencia, que es el método que hemos utilizado hasta ahora, no funciona". Así, la institución que representa pretende "aproximarse" al organismo extremeño, con objeto de "que las clases de religión islámica comiencen cuanto antes".

DURANTE ESTE CURSO De hecho, el máximo responsable de la Ucide no descarta que el sistema educativo regional pudiera incorporar esta enseñanza --hasta ahora solo incluida en los planes educativos de Ceuta, Melilla, Andalucía y Aragón--, a lo largo del presente curso y de forma progresiva. De momento, las comunidades que tienen previsto empezar a ofertarla son el País Vasco, Canarias y Cantabria.

Para Adel Najjar, imán de Badajoz y coordinador de la Ucide en Extremadura, "los musulmanes que viven en la región llevan mucho tiempo demandando esta asignatura, que contribuirá a que sus hijos, que han nacido aquí y son españoles, no pierdan ni olviden su origen". Pero hasta que la nueva materia sea una realidad en los colegios extremeños, agrega, la comunidad islámica opta por facilitar cursos de árabe e islam, por ejemplo, en el marco de las mezquitas.

Algo parecido ocurre en el colegio público Gonzalo Encabo, de Talayuela, donde alrededor del 40% del alumnado es de origen marroquí. Ante esta situación, la dirección del centro solicitó hace unos años un profesor de cultura árabe , dependiente de la Fundación Hassan II, que apoya a los marroquís residentes en el extranjero.

Este docente se ocupa de impartir clases sobre la religión y la cultura islámica --centradas sobre todo en Marruecos, de donde proceden 280 de los 680 estudiantes del centro--, como alternativa a las tradicionales lecciones de religión cristiana. Asimismo, según apunta Carmen Guerra, jefa de estudios del colegio talayuelano, "sirve como mediador cultural e, incluso, intérprete con algunas familias".