Lleva cinco años trabajando en el centro de día de Cocemfe en Cáceres y sus condiciones laborales siguen siendo en la actualidad las mismas que el primer día. Por eso Isabel Cañamero salió ayer a las puertas del centro en el que trabaja, con bata blanca y bandera en mano. No es una cuestión únicamente salarial, pero "todo lo que mejore nuestro trabajo repercute en los discapacitados que precisan de una atención constante", precisa Cañamero, por eso cree que negociar un nuevo convenio es "ya una necesidad".

Desde que empezó a desempeñar su labor como cuidadora cobra 800 euros, "pero tenemos más responsabilidades que otros empleos mejor retribuidos". "Nuestra labor no está valorada, requiere de una dedicación física y psíquica continua y sobre nosotros recae una gran responsabilidad, ", explica esta auxiliar de 50 años. Son sus motivos personales para unirse a la protesta, porque "si hacemos lo que hacemos con este sueldo es porque nos gusta. Podría estar trabajando en un hospital como auxiliar de enfermería y tendríamos más recursos, pero cobrando 800 euros, lo que no gano en dinero lo gano al menos en satisfacción, porque mi trabajo me encanta", y así lo refleja a su cara, pese a no estar conforme al cien por cien.