Agustín Quirós (Brozas, 1962) se pregunta a veces si no sería mejor que al sector le dieran «la eutanasia». Lo dice porque las dificultades se siguen acumulando y las únicas soluciones que encuentra son «parches».

La actual sequía no ha hecho sino agravar la situación: «Cuando tienes una botella de agua bebes de la botella, si no bebes del grifo y si no tienes ninguna bebes de un charco. Pero es que es muy triste ver cómo tus animales tratan de beber de un charco que está seco», lamenta.

Para este ganadero de vacuno la emergencia más importante se encuentra en los pozos. O, mejor dicho, en la falta de estos: «El acceso al agua es la situación apremiante. Te encuentras que volvemos a discutir por el agua, por los pozos, es como volver al 1800», dice.

«Está todo mal: los cereales, la paja, pero sobre todo el agua. No es fácil encontrarla, no tienes puntos de agua», añade.

Del mismo modo, lamenta que esta crisis no se haya tratado con previsión: «Esto se veía venir desde abril y es ahora cuando se van a sentar a ‘hablar’ para encontrar una solución en octubre. No vamos a poder aguantar hasta otoño», asegura.

A todo ello se une la caída de los precios del ternero y la «paralización» del mercado.

Quirós señala otra fuente de preocupación: el reciente acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Mercosur: «Llevamos 20 años con este asunto. Decíamos que viene el lobo y el lobo ya está aquí. ¿Ahora qué? Tenemos que competir y o subimos el listón allí o lo bajamos aquí, porque al ama de casa lo que le interesa cuando compra en el mercado es ahorrarse tres euros», advierte.

A pesar de ello, este ganadero espera poder seguir adelante con su explotación, aunque afirme estar quitando recursos de su casa para poder mantenerla a flote.