El anterior concurso para la televisión digital terrestre se convocó a mediados del 2006. Dos años después, la Junta anunciaba que el concurso, al que se habían presentado 30 empresas con 77 ofertas para 51 canales, quedaba desierto, alegando que ninguna oferta cumplía el pliego y que además la desigual cobertura de la señal digital dejaba en desventaja a quienes habían licitado por demarcaciones con mala cobertura.

La decisión fue polémica y el PP acusó a la Junta de actuar por motivos políticos, ya que altos cargos del PSOE, como el entonces presidente del PSOE extremeño, Federico Suárez, estaban detrás de algunas de las propuestas. No sólo fue la oposición quien criticó la medida. También las empresas audiovisuales denunciaron que la decisión comprometía el futuro de sus emisoras y que las razones esgrimidas para anular el concurso no se sostenían.