Acorex está más cerca de deshacerse de otra de sus principales cargas: Tomcoex. La industria tomatera construida en Miajadas en 2009 podría pasar a nuevas manos si sus acreedores aceptan el plan de viabilidad. En concreto, son dos las empresas interesadas en quedarse con Tomcoex (a partes iguales): la extremeña Conesa, dedicada al tomate, y el grupo alicantino Aceitunas Cazorla, al que se unió también Acenorca, la agrupación de cooperativas de aceitunas del norte de Cáceres.

La empresa de tomate perteneciente a Acorex está en concurso de acreedores y el viernes de la semana pasada registró en el juzgado su propuesta de convenio para dar continuidad a la industria a través de los grupos extremeño y alicantino. "Entendemos que es una propuesta que se puede llevar a cabo", dice el presidente de Acorex, Manuel Ortega.

La resolución final está condicionada por lo que decida la mayor parte de los acreedores de Tomcoex, principalmente entidades financieras y Sofiex (antiguo Avante) a las que se les adeuda unos 19 millones (sus activos están valorados en más de 20 millones). La votación final será en la junta de acreedores que está fijada para noviembre. Se necesita que al menos el 65% de los acreedores con los que se tienen créditos ordinarios acepten la solución que propone Acorex, toda vez que el administrador concursal --Price Waterhouse Coopers, que también es administrador de Acorex-- considera viable la industria.

Esa solución incluye quitas de los acreedores de hasta el 70% y el compromiso de pago del porcentaje restante por parte de los dos grupos interesados en mantener la actividad. Es decir, si los acreedores aceptan el plan, tanto Conesa como Aceitunas Cazorla se comprometen a meter dinero y ampliar el capital de Tomcoex para pagar las deudas que queden pendientes en base al convenio y pasarían a gestionar al 50% la industria de Miajadas. La propuesta, de hecho, lleva la firma de ambos.

EVITAR LA LIQUIDACION Una vez registrado el plan, el juez requiere primero el visto bueno del administrador concursal. El siguiente paso es presentarlo a los acreedores y hasta la fecha de la junta podrán ir adhiriéndose a la misma a través de notario o en el juzgado, o bien esperar al día de la vista para votar a favor. Si existen unas adhesiones previas o el voto favorable del 65% de los acreedores saldría adelante la propuesta de convenio, lo que significa que Tomcoex pagaría parte de su deuda, seguiría activa y evitaría su liquidación.

Pero la quita no es la única vía posible. El plan baraja varias alternativas, quitas más bajas e incluso pagar el 100% de la deuda a través de un préstamo tipo participativo pero dentro de diez años. De la alternativa que elijan los acreedores dependerá el desembolso que tengan que realizar los dos nuevos socios.

Desde Tomcoex aseguran que la industria nunca ha sido rentable pero sí tenía perspectivas de serlo algún día y podría ser con los nuevos socios, conocedores del negocio del sector agroalimentario, y cuyos planes pasan por ampliar la plantilla o por lo menos mantener la actual --unos 30 empleados--. Conesa y Cazorla no han sido las únicas interesadas en adquirir Tomcoex, pero sí las únicas que han mostrado su interés de manera seria.

Tomcoex fue creada por tres socios --Codytsa, Sofiex y Acorex-- pero en el 2011 se quedó solo en manos de Acorex tras la salida de sus otros dos socios. Costó unos 20 millones y su misión era hacer la segunda transformación del tomate, pero la falta de clientes y la situación de la empresa matriz llevaron al traste a la industria, que nunca llegó a producir al 100% de su capacidad (hasta 100 millones de kilos de tomate envasados en distintos formatos).

Deshacerse tanto de la industria cárnica Acosierra --vendida la pasada primavera a un grupo madrileño-- como de Tomcoex son condiciones indispensables para que Acorex, la empresa matriz, pueda seguir avanzando en sus planes de viabilidad con el grupo Dcoop.