Aunque parece que llega la lluvia, los efectos derivados de la escasez de precipitaciones de los últimos meses parecen imparables. Como muestra, la decisión adoptada por la Junta de Gobierno de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), que ayer acordó solicitar al Gobierno la declaración de sequía para toda la parte española de la demarcación y para todos los usos.

El volumen de agua almacenada en los embalses de la cuenca ha caído un 33% respecto al año anterior (4.143 hm3 frente a 6.393 hm3) y a la media de los últimos 10 años (6.500 hm3) y todos los sistemas que no dependen de los embalses de cabecera (entre ellos los extremeños de Árrago, Alagón, Tiétar y Salor) atraviesan una situación «delicada» desde hace dos meses, tal y como reconocen desde este organismo autónomo.

En Extremadura, la escasez de precipitaciones desde que se inició el año hidrológico está haciendo temer por la próxima campaña de riego. Los pantanos del Tajo atraviesan una situación complicada que muchos no recuerdan desde las sequías de los años 2004 a 2009 y de mediados de los años 90, como publicó este diario este domingo. En el Árrago y el Tiétar ya se han planteado restricciones de hasta el 65% en la próxima campaña de riego y de hasta el 35% en el caso del Alagón.

situaciones excepcionales/ La declaración de sequía servirá «para poner en marcha todas las medidas que sean necesarias para atender los usos prioritarios», señala la CHT sobre la decisión adoptada por el máximo órgano colegiado de la confederación, en el que junto al Gobierno, están representadas las cinco comunidades autónomas con territorio en la cuenca del Tajo (Aragón, Castilla y León, Madrid, Castilla La Mancha y Extremadura)

Si el Gobierno acepta la declaración, el Real Decreto de Sequía permitiría modificar temporalmente en situaciones excepcionales las condiciones de uso del dominio público hidráulico. Además contempla la posibilidad de activar fuentes alternativas de recursos, como aguas subterráneas, para atender las demandas más urgentes o la reducción a la mitad de los plazos previstos en la tramitación de procedimientos afectados por la aplicación de las medidas excepcionales. También permitiría la reasignación de recursos para atender los usos prioritarios; el cambio de las condiciones para controlar la calidad del agua o facilitar el intercambio en las cesiones de derecho. Durante su vigencia se mantendrá, eso sí, el régimen de caudales ecológicos para las zonas de la Red Natura 2000.

La decisión de la CHT no fue una sorpresa para los representantes de los 8.000 regantes extremeños del Tajo que ayer estuvieron en Madrid y que son conscientes de que este año tendrán que asumir restricciones (aún hay que definir el volumen total). «Lo mejor es que no sea necesario utilizarlo (el Real Decreto de Sequía), pero al menos abre la puerta a solicitar ayudas que puedan paliar las pérdidas y a poder acometer actuaciones de emergencia si es necesario», señaló Manuel García, presidente de la Federación de Comunidades de Regantes de la CHT en Extremadura.

El presidente de la confederación, Juan Carlos de Cea, resaltó por su parte que desde diciembre de 2016 el sistema de cabecera ha desembalsado hacia el eje del Tajo 973 hm3. Además desde la CHT recuerdan también que todos los municipios de más de 20.000 habitantes (entre ellos estarían Cáceres y Plasencia) tienen la obligación de disponer de un plan de emergencia ante situaciones de sequía, con medidas de ahorro que garanticen la disminución del consumo de agua de abastecimiento.